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Este es un lugar donde cada cual puede insertar comentarios sobre el presonaje notable de la UNI de la cabecera.
Este personaje ha sido propuesto por Francisco Sevillano González.
lunes, 3 de agosto de 2009
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Autor: Sisance » 2008 12 13, 1:16
ResponderEliminarEstuve en el colegio San Rafael, de la Laboral de Córdoba, durante los cursos 75-78, y recuerdo al padre Gago como un hombre serio donde los hubiera, recto, metódico, vocacional, sábio, depositario de unas dotes de mando excepcionales y con un envidiable sentido de la educación. Estas virtudes le otorgaron, según mi criterio, el calificativo de auténtico MAESTRO, con mayúsculas. No he conocido jamás un profesor semejante a él, su figura espigada y seria imprimía, por sí sola, un orden y una seguridad solemnes. Propongo al padre Gago para las más altas distinciones, por supuesto para la que nos ocupa este foro.
También recuerdo con agradecimiento al padre Santamarta, al padre Ismael Castro y, cómo no, al padre Tapia que con sus gracietas, un tanto atípicas, nos alegraba algunos ratos. No ha habido, ni posiblemente lo habrá, método, ley o sistema educativo que iguale en calidad, al menos, al que tuvimos la suerte de disfrutar en las inmortales Universidades Laborales de España, por una sencilla razón: se nos inculcaron valores como el Orden, la Disciplina, el Trabajo, la Ilusión y el Respeto, que junto con el SILENCIO reinante y la vocación de los padres Dominicos y los profesores seglares conformaban un ambiente educativo insuperable; actualmente no existen valores, ni principios, en el sistema educativo, todo vale menos el sacrifio y el orden.
Posteriormente amplié estudios en la Universidad de Valencia y otros centros públicos y el desengaño que sufrí en ellos, ante el desencanto que provocan, es inenarrable: calidad académica discutible, escasa adquisición de habilidades sociales y de investigación etc.; es un constante "buscarse la vida" sin orden, ni concierto. La formación integral humana es nula según mi experiencia.
Mi paso por esta querida Universidad Laboral es sencillamente entrañable e inolvidable, estoy eternamente agradecido a todos los profesores, educadores y Dominicos que tuve el honor de compartir con ellos tres magníficos años.
EL LADO OSCURO DEL PADRE GAGO
ResponderEliminarColegio: Gran Capitán
Aula: 3G (Chapistas)
Curso: 1965 / 1966
Hora: 11 de la mañana
Lo que a continuación vais a leer, lo tiene grabado a fuego, J. L. Posada R.
Como podeis comprobar, se acuerda de todo; fechas, frases, etc.
Mi recuerdo de dicha mañana es muy amargo, pero que muy amargo. Era la clase de Literatura de 11 a 12, la cual impartía el P. Gago.
Entra el P. Gago con su clásico: Hola tigrines y, sin percibir nosotros, nada distinto de lo habitual, procede a repartir los 40 cuadernos que se había llevado el día anterior, para corregir, creo, una redacción.
A continuación, se sienta en una esquina de la mesa de profesores y balanceando una pierna durante un buen rato (parece que está meditando). Por fin habla y nos dice que no está contento con nuestra clase. Con la misma se calla y sigue balanceando su pierna.
El silencio de la clase es sepulcral, se masca el miedo y se espera un "chorreo de tinta", expresión que en el P. Gago significa: Muchos deberes para la clase siguiente.
Pero he aquí que el jefe del aula, Ruiz, rompe el silencio con la siguiente frase: - Padre, me va a hipnotizar - ya que la pierna que balanceba, pasaba por delante de su cara, una y otra vez.
Inexplicablemente, el P. Gago saltó de la mesa como un loco y le dice a gritos a Ruiz: Me dices, sácame los ojos de encima hijo de puta.
Le chilla otra vez: Quítate las gafas
Y visto y no visto, apenas retiró una cuarta las gafas de la cara, le pegó semejante bofetón, qu elo tiró en medio de la clase.
El P. Gago seguía chllando como un poseso: Levántate y vuelve aquí. En cuanto se aproximó, al pobre Ruiz le cayó otro mandoble, pero como estaba prevenido, esta vez no cayó al suelo.
La clase alucinaba en colores (esta frase, en aquel tiempo no se conocía, creo yo) con el espectáculo que les tocaba vivir. Simplificando, los 39 alumnos restantes, estaban aterrorizados y no era para menos.
A continuación, la tormenta descargó con toda su intensidad sobre Tomás Vidal Celadilla, paisano del P. Gago, por lo tanto leonés y del Páramo, pero más bajito.
El pobre Celadilla, al acercársele su paisano, con todas las furias desatadas, alcanzó a balbucear: - yo... yo... yo... yo... _ El quinto yo, ya no lo pudo articular; le cayó tal torta, que lo envió sobre la puerta del armario del fondo de la clase, la cual rompió; quedando Celadilla dentro del armario.
No contento con el estropicio del armario y las víctimas que dejaba por el aula, el desbocado P. Gago, se dirigió hacia Mañas, al que le dijo: Mañas, ven aquí, que me tienes contento. Éste, que era de Cádiz le dice: - Pero Padre zi yo no hize na - . Esto no le libró de recibir sobre su cara, otra ensalada de tortas.
Terminada la faena con Mañas, el P. Gago continuó zurrándole a cuatro alumnos más .
Ni que decir tiene, que la clase seguía aterrorizda, esperando mansamente el turno para recibir lo que pudiera caer de las manazas del P. Gago.
Pero por suerte para el resto de la clase, a eso de la 11,30, decidió que ya se había desahogado lo sufiente. Por lo tanto, requirió sus aperos, miró de soslayo, fuese y, no hubo nada.
En la media hora que quedaba para el recreo, nadie habló, ni creo que se movió, ni siquiera el pobre Celadilla, que seguía en el interior del armario.
Menos mal que el P. Roces debió de escuchar el sepulcral silencio del aula 3G, que se acercó por allí a preguntar que pasaba. Una vez enterado, les dijo que al día siguiente, el P. Gago iría a pedirles perdón.
Así ocurrió, pero los que recibieron los rayos y truenos de la tormenta, por el P. Gago desencadenada, Con ellos se quedaron.
No tiene lados oscuros el Padre Gago.
ResponderEliminar¡Cómo tener oscuridad quien persigue la luz desde que nació!
A veces las hostias se repartían a modo. Es verdad.
A mi amigo Sanz Cabezuelo le dio una ensalada de siete el Padre Larrañeta porque tocó un silbato en el comedor para que nos levantáramos después de la comida. (Hubo un chivato, siempre lo hay).
Comprendo tu recuerdo de ese momento, pero seguramente el Padre Gago tuvo otras actuaciones merecedoras de mejor comentario.
Ojo... que él está vivo para defenderse. (Yo no hago de pelota)
Yo recuerdo al Padre Gago...
... al principio (COU del 72) profesor loco.
... al final del mismo curso no dio nada del libro de texto y nos marcó para siempre. A unos positivamente; a otros les dejó un imperecedero recuerdo de animadversión, también es cierto.
Yo hoy me cuento entre sus incondicionales, siempre lo fui. Si aprendí a bucear entre libros, si encontré en la literatura algo más que el placer de leer, se lo debo a él, sólo a él. Eso sí: el ímpetu leonés de Robledo es indomable.
Un saludo.
Pedro A. Serrano Salas
Sí, si, todo lo que tú digas, pero las castañas que le sacudió (merecidas o no) sonaron en los pasillos del Gran Capitán.
EliminarUna persona con esa "luz" que tú describes no hubiera hecho tal animalada.
Cuánto estoy de acuerdo contigo Pedro. Desde el lado oscuro también se alcanza la luz.
Eliminar¿Te acuerdas de mí?.
He llegado aquí por casualidad. Me gustaría contactar contigo personalmente.
Jerónimo Losada Lucas
jeronimolosada@gmail.com
Hola Serrano y también Losada. Compartimos el COU-6 de 1972-73 y también al Padre Gago. No conocía la vertiente abofeteadora o peor de este hombre.... A mi, que venía de Oficialía y no de Bachiller me hizo descubrir la Literatura, pero sobre todo la Poesía. Ya nada volvió a ser como antes..
Eliminar¿Sabéis si se puede rescatar de alguna forma el trabajo personal autobiográfico que hicimos con él?
Autor: Amadeo Otero » 2008 12 15, 11:34
ResponderEliminarAclaración para todos los incondicionales del P. Gago, en especial para Pedro A. Serrano Salas.
Es la primera y última aclaración sobre este tema.
Simplemente pongo blanco sobre negro, un hecho que ocurrió. Yo no lo sufrí. Indico claramente, quienes si lo sufrieron.
Todos tenemos lados claros y oscuros (los ágeles, creo que son todo luz)
Y por último, quien busca la luz... es que todavía no la ha encontrado.
Un abrazo y felices fiestas
Amadeo Otero Fernández
Autor: eduardo garcia » 2008 12 15, 10:00
ResponderEliminarDurante el II encuentro me acerqué a saludar al Padre Gago y me hice una foto con él. Forma parte de mi pasado y me alegré sinceramente de verlo.
Yo fuí también beneficiario en una ocasión de su lado oscuro y en muchas ocasiones de su magisterio. No hace falta decir que el primer episodio no dejó ninguna huella en mí, su magisterio, sí. Siempre tuve una buena relación personal con él y le respeto y admiro por su labor.
Sin embargo, dado que presencié en varias ocasiones escenas similares a las descritas en otros comentarios, y cualquiera puede confirmarlo, me gustaría conocer las razones que le impulsaban a obrar así. Sin duda nos merecimos más de una vez una mano de leches, pero había cantidad de curas que jamás recurrieron a estos métodos.
A más de cuarenta años de distancia me gustaría leer una reflexión del propio Padre Gago sobre el asunto, que seguro que contribuiría a esclarecer nuestro conocimiento del alma humana.
Autor: Francisco Sevillano González » 2008 12 18, 8:19
ResponderEliminarJuan Antonio, cuando te propuse la idea de glosar la figura de algunas personas de la Laboral( curas, profesores, etc), la intención era esa, la de homenajear mediante vivencias de aquellos años, anécdotas y demás momentos vividos allí, a las personas que libremente cada uno proponga.
Ninguno de los que durante años estuvimos allí desconocemos la realidad de aquella época en todos los sentidos. Pero, si en una cosa todos hemos estado de acuerdo es en los valores que nos inculcaron aquellas personas, la educación que recibimos y la satisfacción que hemos tenido con volver a reencontrarnos con todos ellos.
Si resulta, que de todo lo que el Padre Gago trabajó con cientos de alumnos durante tantos años, la enseñanza de tan alto nivel que nos impartió, etc.etc, nos quedamos con aquel día desafortunado que todos podemos tener, es que la idea que yo pretendía no la hemos entendido. Y mucho menos entrar en debates unos con otros que no llevan a nada.
No se trata de censurar a nadie, pero es que después de tantos años, pienso que uno se tiene que quedar con lo positivo, QUE HAY MUCHO Y EN CANTIDAD. No se trata ahora, de recordar pasajes que se alejan de lo que yo pretendía con esta idea, como así creo que Juan Antonio la entendió y también las demás personas que van enviando sus comentarios.
No voy a entrar en un debate con nadie, por tanto, quédese contestado quien corresponda con este escrito.
Autor: Francisco Jiménez » 2008 12 21, 8:42
ResponderEliminarUna de las impresiones más fuertes que guardo en mi corazón (y, por ende, en todo mi ser) de mi paso por la uni -años 74, 75, 76 y 77- es la que me produjo el haber conocido a un hombre de la calidad del Padre Gago. Mucho y bueno podría hablar de él, porque tuve el privilegio de, aparte las clases, compartir momentos de paseo en esas hermosas tardes de primavera, inmensas de sensaciones, intensas de juventud, en las que, con verdadera devoción escuchaba al maestro: sus filosofías, sus comentarios sobre la vida, sobre Machado, su tierra leonesa, la madre natura... Cuando salíamos de la cena (que casi era una merienda, por la hora), mi buen amigo Gonzalo Fernández -también leonés- me esperaba a la salida de los frios comedores para ir a encontrarnos con su paisano. El Padre Gago nos invitaba a pasear, nos desplazaba por la rosaleda y el estanque, por los caminos cercanos al canal; nos hablaba con autoridad y energía sobre literatura, el origen y significado de las palabras, sobre su estimado poeta, el gran Machado, al que dedicaba tantas horas de estudio... Resguardado tras sus gafas oscuras, imbuido de su egregio hábito dominicano, aquel hombre, corpulento y vital, donado a Dios y a sus alumnos, nos regalaba su presencia, su cálida compañía: ¡extraordinario!... Y si hablamos de su manera de llevar la clase..., ¡madre mía!, ¡qué desconsoladamente triste mi experiencia posterior en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid tras la Lingüística de COU con el Padre Gago! Y el más que mediocre panorama actual... Sus clases eran creativas, motivaban y te hacían trabajar. Aún recuerdo algún texto de los que triturábamos en clase y que, alumno a alumno, nos hacía leer... "Por tierras de Sigüenza y Berlanga de Duero, en días de agosto, alanceados por el sol, he hecho yo, Rubín de Zendoya, místico español, un viaje sentimental sobre una mula torda de altas orejas inquietas..." (Ortega y Gasset)
En fin, yo soy de los incondicionales de Gago. Desde aquí le envío un fuerte abrazo y mi más fiel reconocimiento y estima. Y a todos los que seguís este blog os deseo una muy feliz nochebuena, una nochebuena luminosa y entrañable en buena compañía!!
Autor: Iñaki Calvo » 2008 12 22, 1:25
ResponderEliminarHace unos pocos días que habrán pasado 35 años cuando al comenzar aquel mes de diciembre de 1973, subido sobre la tarima de la clase del COU-5, sin mediar palabra, tras el silencio que producía su presencia, comenzó diciendo:
Nieva, alma mía, nieva dulcemente.
¡Qué prodigioso envío de blancura!
¿Es cándido el color de la hermosura?
¿Inmaculado y terso como frente
de niño? Nieva, nieva,,,No se siente
sino el pisar de Dios, su palma pura.
Nieva…Y la nieve llega hasta la hondura
del corazón, que está resplandeciente.
Niévame el alma, niévamela entera,
Házmela buena y limpia, porque anhelo
Mirar tu mundo y verlo como era
Cuando de niño levantaba al cielo
la frente y aún había primavera,
oh Dios, cuando eras Tú mi alto consuelo.
El soneto es de Vicente Gaos, y era el que él había seleccionado para trabajar durante el mes de diciembre. Ésta era su forma de enseñarnos. Cada mes tenía literariamente algo que le servía de argumento para profundizar en la lingüística, para trabajar las palatalizaciones, velarizaciones, sonorizaciones, precisión del tema, estrategias de asedio, estructura y cualidades del contenido, etimologías, u otros como el tiempo o la línea de dicción del texto.
Pero si ya habíamos oído a los que nos habían precedido, el comienzo de curso fue desastroso. Algunos llegamos a deberle hasta veinte o treinta puntos. ¿Quién pensaba aprobar?. ¡Imposible!.
Y las cosas se sucedieron como también nos lo habían vaticinado, poco a poco conseguimos escalar la montaña, y cuando llegó el final de curso, no diremos que salimos vencedores, ni que conseguimos arrancar el aprobado, pero sí trabajamos bastante, que incluso en el curso siguiente, casi de las rentas, pudimos obtener una matrícula de honor en la misma asignatura.
En clase era un auténtico “cabronazo”, nos tenía acojonados, nos hacía trabajar como negreros, y a fuerza de lo que fuese, sudor y sangre, llegamos al objetivo. El objetivo de él, por supuesto, el de que aprendiésemos. El objetivo nuestro, aprobar. Y los unos y el otro, llegamos al puerto del odio y el amor, del rechazo y la veneración.
Sin ensalzarle o sin desacreditarle, sin darle ni más ni menos de lo que se merece, el Padre Santiago Pérez Gago, no pasó por nuestras vidas de puntillas. Creo que muy pocos habremos sido capaces de olvidarle.
Como decía el soneto que nos propuso, ahora en diciembre, con la Navidad a la vista, SALUD Y QUE LOS CORAZONES ESTÉN RESPLANDECIENTES.
Iñaki Calvo Sarabia
bikote@euskalnet.net
1971-72/72-73/73-74
Autor: José Luis Molia Ortega » 2008 12 22, 12:38
ResponderEliminarHoy día 22 de Diciembre 2008 ,he estado leyendo sobre el comportamiento violento del P.Santiago Peréz Gago. Tengo en la memoria y no olvidare nunca : En el año 1965,estabamos en clase y el alumno Raul Sedano faltó al respeto al P.Gago; el P.Gago le llamo a su mesa de profesor, y empezó a darle tortazos hasta la pared de fondo del aula; yo pensaba que le habia matao.
¿Cual fue esa falta de respeto a la que se refiere ? . ¿Tan grave era para un comportamiento asi ? .Hay que dar los detalles , con razon o no , fue un bestia
EliminarAutor: COU 76/77 » 2008 12 23, 8:40
ResponderEliminarDisculpadme por el escamoteo de mi nombre, no me gusta que quede reflejado en internet.
A nuestro amigo Gago:
Yo no le vi jamás un mal gesto, un solo coscorrón. Al contrario, conservo su recuerdo con una beldad inmensa.
Cierto es que entre sus alumnos los había díscolos y otros que, empleando sus palabras, éramos una fuente pura y cristalina que brotaba de manantial sereno.
Gracias maestro por acercarme al limonero del patio de Sevilla, por dejarme a bordo, desnudo, ligero de equipaje, buscando ese camino que solo se hace al andar.
Recuerdo cuando, al entrar en clase, desplegabas tus alas blancas en toda su amplitud, con toda su belleza, para mostrarlas a todo el mundo. Crecíamos contigo, admirándote, sintiendo radiantes esa muestra de poderío, de libertad, contentos de tener la suerte de compartir contigo esa energía y magnificencia.
Nos regalabas con tu asturiana o con tu cante hondo, ¿era por seguiriyas o por peteneras?
¡Chapeau maestro! Tú supiste llenar de amor y de recuerdos ese lugar incierto e ilocalizable al que llamamos alma.
Autor: Manuel Peiteado Serrano. » 2008 12 23, 9:32
ResponderEliminarYo fui uno de los que pagó su ira, aún no se que ocurrió y por que me tomo, a mi, para servir de ejemplo. Fue en COU, me mandó salir al encerado. Yo venía de Oficialia, ni idea de Latin o Griego. Comenzó a preguntarme palabras y sus derivados, ni idea. A la tercer me dijo "golfo" y ahí quise entender por donde venían los tiros. Quería humillarme, no pudo. Pero me hundió, nunca lo olvidaré. Me fui a hacer las maletas y vovler a mi casa, perdía así mi gran ocasion de poder ser alguien. Fue el Padre ZABALZA, el que me convenció y me quedé.
Ese es su lado oscuro. Como profesor dejó huella, era bueno. Amo la literatura, aún recuerdo a Miguel Hernández, gracias a él.
Por favor, una persona así, no puede ser portadora de ningún reconcimiento si antes no pide perdón a sus victimas. Sin odio, pero sin olvidar lo que me hizo, le deseo Feliz Navidad y paz en el alma.
Autor: Ramón Peris » 2008 12 23, 2:25
ResponderEliminarTuve contacto con el padre Gago por primera vez en el encuentro que celebramos en Córdoba y Cabra un grupo de laborales afines al Gulmont. Y debo decir que se tuvo un trato con todos nosotros exquisito.
A mí en concreto no me permitió llamarle padre Gago en los cuatro días al igual que al resto de los que acudimos a esa cita inolvidable ya que solo me permitió dirigirme a él con el nombre que le conocìan el resto de los compañeros. Para todos era Mustafá. y nos dejó una frase que jamás olvidaré- LAS SOMBRAS Y LAS IMÁGENES SON LO OBSCENO DE LA LUZ. Lo repitió innumerables veces y se nos quedó grabado a fuego. Tal vez no por la frase sino por la personalidad tan exquisita de quién la decía y que durante los cuatro días del encuientro fué simplemente uno más.
Un abrazo Mustafá, aún recuerdo el cariño con que nos despedimos en la estacón de Córdoba el último día del encuentro. Espero poder abrazarte de nuevo en otro encuentro.
Ramón Peris
Autor: Emilio Palma » 2008 12 29, 10:33
ResponderEliminarHe estado alejado de este mundillo de Internet durante un tiempo, acabo de leer el foro de los 10 personajes y claro la historia del P. Gago me afecto por que ni imaginaba ese lado oscuro, pero se que es un gran hombre y como hombre imperfecto, nunca lo tuve como profesor, ósea que de su labor didáctica no puedo opinar.
De lo que si estoy seguro es que por donde paso dejo huella, lo conozco por haber machacado con el una buena parte del campo andaluz, siempre fueron relaciones de hombre a hombre, para mi fue mas amigo que cura, siempre con el espíritu de competición; las marchas las hacia en línea recta, subía las cuestas campo a través, nosotros detrás tirando la lengua y me decía "el día que uno de estos chavales me pase delante, ya no salgo mas" y salio durante muchos años. Gracias "fray mustafa"
Lo tengo claro que nos ganamos el poder opinar y expresarnos sin ninguna barrera, como lo estamos haciendo hoy, pero personalmente prefiero recordar y charlar de los buenos momentos sin convertir la pagina en "OK CORRAL", no me sirve de nada acordarme de los responsable de mi salida injusta de la Uni, ni de las tortas que medio aquel sargento, ni del hambre que pase en el cuartel, ni de las injusticias de los oficiales, ni de aquellos jefes que la tomaron conmigo, ni del perro que me mordió ni del policía que me multo.
Me consta que con tantos miles de alumnos y centenas de profesores, seres humanos imperfectos, ni la menor duda que no pudo ser todo ni justo ni color rosa.
Prefiero acordarme con una sonrisa de aquellas clases los domingos en las que no enseñaban como pelar una naranja con cuchillo y tenedor, o las enfermedades venéreas y que nunca se supo quien le dejo una nota en la mesa diciendo "explíquenos el comportamiento en las relaciones sexuales" o algo por el estilo, o aquel periódico mural semanal en la que apareció el padre pelo pincho y un texto que decía algo así "diez minutos de la cama al hall, claro no pierde tiempo en peinarse".
Un saludito a todos
Emilio Palma
Autor: Santiago Sanz Robledo » 2009 01 02, 1:53
ResponderEliminarRaul, buen amigo, sufrió y aún sufre.
Padre Gago solamente palabras de agradecimiento.
No se olvidan vivencias pasadas pero el tiempo es bálsamo.
Cuanto me gustaría poderle dar un abrazo.
Autor: Antonio Cabanillas » 2009 01 20, 4:45
ResponderEliminarQuerido padre Gago:
Hace unos días estuve en Colliure. No es la primera vez que voy.
Allí, sobre la losa gris que cubre a D. Antonio Machado, había una cuartilla plastificada con un verso manuscrito que me emocionó.
“Oh Soria, cuando miro los frescos naranjales
cargados de perfume, y el campo enverdecido,
abiertos los jazmines, maduros los trigales,
azules las montañas y el olivar florido; “
No tengo la menor duda de que esta misiva la dejó un alumno suyo.
De los cinco años que estuve en la “laboral” de Córdoba, sólo lo tuve de profesor un año, pero cada curso trataba de conseguir todos los textos y poesías, que utilizaba Ud. para impartir y compartir sus conocimientos.
Las he guardado muchos años, y recitado cada vez que la añoranza de la juventud me invadía.
En unos años en que las sombras nos dogmatizaban, encontrar una educación abierta y libre, nos engrandeció como personas y nos mostró que la cultura es un bálsamo para la libertad.
Los foros de discusión de la agrupación DINTEL, nos mostraron toda una galería de autores que los libros de texto silenciaban.
Gracias por forjar en nuestros espíritus jóvenes la inquietud, aunque fuese de esa manera ruda con que a veces nos encauzaba.
Sólo perdura en el recuerdo lo extraordinario, por eso, de los muchos y buenos profesores que tuve, sé que su docencia influyó en mi vida, para bien.
Gracias padre Gago.
Un abrazo
Antonio Cabanillas
Autor: Aurelio Díaz-Toledo Gonzalez » 2009 04 16, 7:12
ResponderEliminarRealmente no se a quien podrá llegar este mensaje, o si solo es una manera de dejar una muestra de lo que cada uno siente o recuerda de este padre dominico.
Realmente ya no recuerdo en que colegio estuve con el, creo que fué en el San Rafael
la imagen que me quedó de él es la de una persona muy inquieta, no paraba, era puro nervio
si recuerdo que una o varias veces salí con el de marcha, me refiero a marcha deportiva, aclaro esto para los mal pensados, ya que este Sr, era muy serio, pero a la vez simpatio y chistoso, y me enseño como se debía caminar subiendo cuestas, era moviendo los brazos cruzandolos por delante del pecho y como saltando con pasos cortos, aún hoy día cuando camino por algun sitio empinado me acuerdo de esa explicación y hasta lo aplico subiendo escaleras
tambien le recuerdo en su parte mas seria, una noche que estabamos en los dormitorios, ya serian las doce de la noche y lógicamente a esas horas estaba prohibido hablar y hasta casi ni se podía salir al servicio, en eso los dominicos eran muy rigidos, recuerdo que por estar riendonos, creo que fué porque a uno que subió mas tarde le habian hecho la "PETACA EN LA CAMA" y nos sacó a todos de rodillas en los pasillos, el se paseaba de vez en cuando como rezando
La verdad es que es una pena que ya no sepamos nada de estas personas que quieras o no tanto han influido en nuestras vida
Autor: Miguel Torres Calabuig » 2009 05 06, 5:19
ResponderEliminarEra en ¿octubre? del 73. Mi último curso en la UNI de Córdoba. Comienzo de COU, primer año de implantación del COU. En el Colegio Luis de Góngora.
Había un claro temor en la clase. Nos tocaba la primera clase con el Padre Gago. Ya sabíamos de él por otros, de su fama de profesor despiadado, implacable, severo...
Yo estaba allí ya relativamente hastiado de tantos años en las Laborales, dispuesto a seguir estudiando si podía, para "labrarme un futuro", como decían en casa, pero decantado a Bachillerato, para más inri, de Letras. Pensaba que si tenía que trabajar, ¿por qué iba a venir a estudiar una maestría o "bachillerato laboral"? Para eso ya estaba la fábrica de zapatos.
Pero llegó el Padre Gago, rápidamente, con su revoloteo de hábitos blancos y sus gafas oscuras y nos dijo, escuetamente "Sacar papel y bolígrafo: redacción" Y empezó:
"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia algunos casos que recordar no quiero.
"/.../"
Entonces no sabía quién era, ni si era poesía o verso, tal como nos preguntó al final del ejercicio de redacción. Pero desde entonces, Antonio Machado me ha acompañado siempre. Aún debo conservar la manida edición, Austral de bolsillo, de sus poesías escogidas. Fué deslumbrante, como si una nueva luz se abriera paso entre las sombras.
El Padre Gago hizo honor a su fama y no dejó, a nadie que tuvo la oportunidad de tratarle, indiferente.
Para unos fué un privilegio. Para otros, un castigo. Yo me cuento entre los primeros y además, en el año en que estuve a punto de dejar los estudios. Pero aprobé el primer examen que nos puso con un 10, creo que uno de los pocos que puso en su larga carrera de maestro (no profesor, que también lo era), lo que me hizo sentir exultante, sí, pero también bastante avergonzado. Después conseguí para él una edición de otro de los poetas proscritos de la España que nos tocó vivir, "El Canto General" de Neruda, en edición de Losada, hecha en Buenos Aires - si bien es verdad que ya había manga ancha para esas cosas. También me atreví a coger el guante de usurpar una de sus clases, para hablar de Pablo Neruda, sin escribir "los versos más tristes esa noche" Así que el curso me fué sobre ruedas. No es que fuera un camino de rosas. Los mejores maestros son los que más te hacen trabajar, pero también mejor (quizás sea porque eso no lo acabas de sentir como trabajo, sino como otra cosa bien distinta, que hace sufrir, claro, pero también disfrutar ¿es pasión?)
Últimamente me pasa, cuando escribo algo, no pena por lo escrito, sino por tantas cosas que se quedan, inevitablemente, por decir.
Los siento por los que tuvieron que recibir las bofetadas.
Yo solo puedo apostar para que se le rinda el merecido homenaje.
Miguel Torres Calabuig
Curso 76/77. Ya teníamos referencias, por otro loco bajito, del Padre Gago. El padre Tapia nos había hablado una y mil veces de su maestro. Llegó el primer día como un vendaval; pero de sapiencia, de magisterio, de sabiduría….nos daba Lingüística. Sus segundas palabras fueron para advertirnos que no íbamos a hacer nada del libro, ni del Temario. Cada evaluación él nos daría los temas que deberíamos estudiar y de los que él nos examinaría; pero con una condición: para aprobar la asignatura, deberíamos aprobar los dictados que periódicamente y, sobre todo, cada sábado, nos recitaba con la lucidez e interpretación de los actores shakesperianos.
ResponderEliminarSólo uno o dos compañeros del aula aprobaban los dictados. Los demás sacábamos -30, -40 y de ahí para arriba. Por todo lo cual debíamos de sacar notable o sobresaliente en unos temas de los que no sabíamos nada, porque él no nos proporcionaba nada. Creo que nadie suspendió a lo largo del curso, ninguna evaluación. A cambio pongo la mano en el fuego porque todos los que formamos aquella aula de COU 3B, estamos obsesionados por la tilde, la coma, el punto y la coma, las faltas de ortografía, etc., etc.
En aquellas clases que amábamos y temíamos discurrió un mundo variopinto que iba desde su maestro Don Antonio Machado hasta estar una semana analizando las diferencias en los vocablos, las palabras y los escritos entre los autores mediterráneos y los autores castellanos.
Su enorme personalidad y verborrea (y no empleo esta palabra en tono despectivo, sino como admiración) nos llevaba a estar muy atentos y temerosos. Nunca vimos en nuestra aula un signo de violencia o prepotencia hacia ninguno de nosotros. Pero intuíamos y sabíamos que si ese día, el ambiente de la clase no iba como él quería; daba cinco segundos para sacar las libretas y comenzar a hacer un dictado que él recitaba como si se lo acabase de aprender.
Pero a cambio, cuando todo eclosionaba en un contexto cultural, histórico y social. Cuando él se sentía el timón de un grupo de imberbes que con las bocas abiertas, el cerebro muy estimulado y las neuronas en constante ebullición; él desplegaba un universo mágico y maravilloso que nos atrapaba.
(sigue en el siguiente comentario....)
Asistíamos a unas clases magistrales que sólo puedo imaginar o comparar con las que debían de tener los discípulos griegos o romanos con Aristóteles o Séneca.
ResponderEliminarPoesías del Medievo, de autores del siglo de oro o del romanticismo, de la generación del 98 o del 27. Textos que iban desde el Arcipreste de Hita hasta Camilo José Cela. Pasando por Ángel Ganivet, Geraldo Diego y hasta uno de José Antonio Primo de Rivera.
Se decía que era falangista; me da lo mismo que sea falangista o de la joven guardia roja; pero aquel texto de José Antonio Primo de Rivera fue primoroso. Lo despojó de todo lo referente a la política y nos dictó y recitó un texto precioso, digno de Pio Baroja o Azorín.
Creo que para todos los que formamos aquella aula, él fue nuestro MAESTRO; en el más estricto sentido de la palabra.
Sólo tengo un dios, un profeta y una palabra: Don Antonio Machado. Y antes que dios o profeta; el maestro andaluz, por adopción, castellano; nos dejó la palabra.
A lo largo de estos años hemos asistido, por mor de políticos interesados a tumultuosas y abrumadoras publicaciones sobre la vida personal y obra literaria de Antonio Machado. Autores de medio pelo, italianos, franceses ingleses… nos decían y nos han hablado de la vida, obra, costumbres y vicios de Antonio Machado. Y encima como era un autor republicano, demócrata y socialista; era políticamente correcto hablar de él y colocarlo en el pedestal de los elegidos.
Santiago Pérez Gago conocía y conoce a Don Antonio Machado más que todos estos juntos. Recita y sabe cada una de las palabras y vocablos que Machado escribió. Porque lo ha leído, lo sigue leyendo y descubre cada día en el Maestro, significados que los demás ignoran. Y encima él nos hablaba del Maestro, cuando en esta España nuestra, su hermano Manuel, (afecto al Régimen) era el importante y él, el proscrito.
Esa devoción, esa lectura constante, ese descubrimiento continúo de la palabra del Maestro; quedó en nuestras mentes adolescentes como quedan las enseñanzas que marcan nuestra personalidad para toda la vida; por la intercesión de Santiago Pérez Gago.
Quizás algunos digan que ellos son libres de oír o no conceptos o comentarios de Antonio Machado y de que la libertad de cada uno, comienza en eso: no tratar de inculcar nada a nadie. Y llevan razón.
Pero los que voluntariamente nos dejamos llevar por las enseñanzas del maestro leonés sobre el maestro castellano; no estamos arrepentidos. Más bien, muy agradecidos.
Y ésta es mi pequeña reflexión sobre un personaje inigualable. Seguramente cuando la historia eche un manto de reposo sobre todos; las futuras generaciones descubrirán el verdadero valor de un profesor de clásicas, que dio clase en la Universidad Laboral de Córdoba y en la Universidad de Salamanca y que se llamaba Santiago Pérez Gago.
Juan Francisco Bueno Garrido
Solo significar que me encantaria poder contactar con el Padre Gago. No lo sufri en mi estancia en La universidad de Cordoba, mas bien lo disfrute y te das cuenta mucho tiempo despues. Si conoceis la forma de acceder a algun contacto suyo agradecere lo faciliteis.
ResponderEliminarVolvere a entrar pasados unos dias .
Agradecido.
Jose Ballester
Respuesta de Juan Aº Olmo Cascos a José Ballester:
ResponderEliminarEn la web, http://www.laboraldecordoba.es, en el listado de laborales tienes una entrada con su nombre y sus teléfonos actuales.
e-mail no tiene, pero mira la web con cierta frecuencia.
Si necesitas algo más me puedes enviar un correo a jaolmo@laboraldecordoba.es
Un saludo
Nos tocó soportar a este señor a principios de los 80s en la USAL en clases de 2º. Al parecer impartía "Estética". El temario no existía, era él. Tenía, eso sí, un conjunto de balillas que hacían de espías (sus incondicionales) responsables de la mayoría de los suspensos de larga duración de la asignatura. Hubo gente que llegó a 5º con "Estética" de 2º todavía suspensa. Vengativo sí que era.
ResponderEliminarEl esquema de las clases era el siguiente: llegar, recitar unos versos en voz muy alta, ponerse a saludar a cada alumno llamándolo por su nombre, realizar algún comentario vejatorio sobre alguno en concreto y volver a declamar alguna estupidez. Así unas tres veces por semana durante todo el curso repitiendo una y otra vez los mismos versos.
Los alumnos de aquella época nos prometimos realizar sendas fiestas en el Corrillo cada vez que muriera alguno de los profesores infumables de la época. El primer fiestón lo dimos al conocer que N. M. Sosa, presunto profesor de ética, había muerto. El lema "Que bueno que te fuiste".
La segunda a consecuencia del óbito de Molinero, presunto profesor de antropología, fue memorable. El lema "Su única virtud: ser mortal".
Y aguardamos la tercera fiesta, cuando perezca el "vizconde", el Sr. Gago. El lema será: "Un mundo sin ti es un mundo mejor".
Quedáis invitados. Se celebrará una semana después del óbito del personaje. Quizás esta vez no sea en la cafetería Corrillo de Salamanca, sino en el Starbucks de la calle Sevilla de Madrid y sus alrededores.
Mereció la pena conocerlo por el placer de despedirnos de este personaje.
Verdaderamente, un mundo sin gente como tú, COCOBIL, debe ser muy aburrido. Así nos luce.
ResponderEliminarTen cuidado con las celebraciones porque la Pálida Dama no entiende de edades: igual carnerea que borreguea. No entiendo qué cojones hacías en estHética (se te olvidó la H) cuando era una asignatura optativa -creo-, ni tampoco entiendo tus celebraciones en manos de Baco (no llegaste ni a Dionisos). Hubieras sido más valiente llegando a tus enemigos y dándoles una somanta de hostias directamente. Tampoco entiendo qué coño pintas en este foro. Tu enemigo vive en la Virgen del Camino, en León.
Ve a verlo antes de que mueras de un berrinche.
Y la próxima vez que uses estos foros date a conocer.
Así, si mueres, alguno podremos celebrarlo, aunque no sea en sitios tan extraños. Yo soy más de Villaverde.
¡Que te folle un pez, mamarracho!
Pedro A. Serrano Salas
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs cierto, la asignatura era opcional, por lo menos con el plan del 93. No sé si a principios de los 80 rondaría Molinuevo por los pasillos de la facultad; supongo que todavía no.
ResponderEliminarYo me alegro mucho de haberme topado con Santiago. Sus escritos me cuidan de no terminar siendo una neurona racionalista y de levantar el vuelo en mis momentos más bajos. Acudo a ellos con cierta periodicidad y de una manera completamente gratuita. Y no me refiero al hecho de que se puedan descargar desde su página web, sino más bien a que nadie me lo impone, acudo a ellos con total bondad. ¡Ojo!, leo todo tipo de filosofía -diariamente- pero dejo un lugar reservado para la Esthetica de Santiago por la sencilla razón de que todavía no he podido decir "¡NO!"; sin embargo, otros filósofos de bastante mayor renombre se caen a pedazos cuanto más los leo (muchos de ellos, por ejemplo, sufren de adicción al vértigo).
Tienes razón Cocobill cuando dices que el temario era él. Pero también lo eras TÚ, y no te diste cuenta. En fin...
Javier Davila.
Bien se ve, Pedro, que no tienes información. En 2º, Estética era oligatoria.
ResponderEliminarEl pelo de la dehesa pasa desapercibido en Villaverde, pero no en la calle Sevilla.
No puedo desearte mal alguno. Por un lado, ni te conozco. Por otro, mi objetivo era hablar de este personajillo, profesor por eufemismo.
No iría a verlo ni aunque me pagaran. Seguirá teniendo el mismo mirar raro, siendo el mismo ignorante y seguirá sin destacar por nada, aparte de por su ambición.
Yo fui alumna de Pérez Gago, en Filosofía, en la Universidad de Salamanca. Me dio clase en el 83, en 2º. No fue para mí un profesor. Fue un verdadero maestro. Maestro que, a través del camino y del método del corazón o del sentimiento, es capaz de hacernos llegar a lo más universal y profundo de la persona. Y lo ha hecho a través de los más hondos poetas españoles, que son los más sabios: Machado, Fray Luis, San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, Neruda, Aleixandre, Guillén, Alberti, Jorge Manrique, Vicente Gaos, Panero, León Felipe, Lorca, Calderón, Lope, Blas de Otero, y también el Romancero, con poemas que se sabía de memoria, tan pertinentes y tan llenos de fuerza y sentimiento, que nadie como Pérez Gago los ha sabido recitar e interpretar. Lo suyo, más que filosofía racionalista y septentrional, discursiva o dialéctica, es auténtica sabiduría meridional. En sus clases jamás ha dejado indiferente a sus alumnos. Entre la aversión y la devoción. La aversión de los racionalistas, de los que no entienden la vibración del alma; y la devoción de los que se sienten emocionados por la personalidad de cada uno, que Pérez Gago intentaba descifrar en sus clases magistrales, llenas de luz, de pasión y de esperanza. Tanto es así, que a muchos de nosotros nos hizo llorar en sus clases de emoción. De emoción, porque a través de su fuerte personalidad, como un maestro, conseguía hacer vibrar las notas más esenciales de nuestra alma. No he conocido jamás a un profesor como él. Tal vez porque, verdaderamente, Pérez Gago no ha sido un profesor de Universidad. Ha sido el Maestro de la Universidad Central, que invita a los discípulos a “universitarizarnos”, es decir, a llegar a ser auténticos, en lo profundo. A “llegar a ser sin dejar de ser”. ¡Qué gran lección de vida y de sabiduría nos ha legado el Maestro Pérez Gago en sus clases! Lección del más importante arte que es el arte del Vivir.
ResponderEliminarMariate Cobaleda
Acabo de leer lo que escribe alguien en referencia al Padre Gago, y que se esconde tras el seudónimo “cocobill”. Su nombre no me interesa, en cuanto a la persona… él mismo se define cuando escribe :
ResponderEliminar- “El esquema de las clases era el siguiente: llegar, recitar unos versos en voz muy alta”
- “volver a declamar alguna estupidez”
- Los alumnos de aquella época nos prometimos realizar sendas fiestas en el Corrillo cada vez que muriera alguno de los profesores infumables de la época. El primer fiestón lo dimos al conocer que N. M. Sosa, presunto profesor de ética, había muerto. El lema "Que bueno que te fuiste".
Seguro que no fueron todos los alumnos, ni la mitad, solo unos pocos entre los que sí, tú te encontrabas, y te encuentras por lo que sigues diciendo… que aún esperas su muerte.
La vida está llena de oportunidades que nos pasan por delante, unas buenas, otras no tanto, cada uno es libre de tomarlas o dejarlas ir. Por lo que veo, muchas de las buenas las has dejado pasar, lo siento.
Antonio Bustos Baena.
Me he resistido mucho, pero no podía pasar de puntillas tus comentarios:
ResponderEliminarPor desgracia, yo no he tenido la suerte de que me hubiera dado clase y haber tenido que “sufrirle”. Una verdadera lástima. Ahora me tengo que conformar aprovechando los escasos momentos que tengo con él para aprender a ser y saber. En cuanto a ti, la explicación es clara: no está hecho el necio para trabajar en una biblioteca.
Es visible que tú nunca te enteraste de nada en sus clases. Lo que el Maestro Gago y Esthetica originaria propone deja toda enseñanza y toda universidad obsoleta. Por no hablar del logos aristotélico que es el principal culpable de que el razonamiento impere sobre el sentimiento: un razonamiento puede ser erróneo, el sentimiento, no. Una buena persona siempre será buena persona, mientras individuos como tú cometerán cientos de errores. Como es el caso.
La Universidad Central, el universitarizarse, cultivar nuestro ser, nuestro yo interior, nuestro “uni-verso” implica un ser, unos principios, una ética y una moral de la que es evidente que tú careces y jamás llegarás a ella. Escapa a un individuo como tú y con tu catadura moral. La obra de Gago no es para leerla, sino para sentirla. Es normal que tú jamás le entendieras y jamás llegarás a hacerlo.
Por lo demás me voy a permitir el lujo de hacer algunas puntualizaciones continuas a tus eruditos comentarios, entre paréntesis para que así las entiendas mejor:
-“El esquema de las clases era el siguiente: llegar, recitar unos versos en voz muy alta, (a ver si alguno “recibía” de lo que él decía, se olvidaba del “logos” y lo cambiaba por la “pathia”…)
- ponerse a saludar a cada alumno llamándolo por su nombre (signo de deferencia y respeto para demostrar que conocía a todos y cada uno de los alumnos de su clase),
- realizar algún comentario vejatorio sobre alguno en concreto (los que le conocemos sabemos que Santiago Pérez Gago tiene “algo” más que los demás, y esto lo haría hacía los chulitos, listillos, graciosos que se reían de profesores, compañeros y lo que se pusiera por delante)
- y volver a declamar alguna estupidez (esto volvería a hacerlo para ver quienes se daban cuenta que la universidad está hecha para berzas como tú, y los que le escuchaban y entendían sus enseñanzas dieran el paso hacia la Universidad Central y el universitarizarse”.
¿Te das cuenta como eras, y eres, un verdadero ignorante? Por lo demás estoy convencido que las fiestas a las que te refieres las harías con un par de amiguetes, de los cuales, incluso probablemente a los otros dos Gago ni tan siquiera les ha dado clase, sólo le conocieron. Serán otros graciosillos como tú, que se reían, y ríen, de todo y todos los que se ponen por delante, pero que, en realidad, sois sólo unos pobrecillos, por buena posición económica que puedan poseer.
Yo tampoco te deseo mal alguno, nunca he deseado mal a nadie. Lo único que siempre deseo es que un individuo como tú reciba proporcionalmente a lo que haga. Sea en un sentido o en otro.
Un cordial saludo
Carlos Cagigal
No hay mejor crítica que la defensa de la Cobaleda. Si los toros es un arte, el canibalismo es gastronomía. Casi no hay nada peor que una persona que disfruta tanto con el maltrato animal haga tu apología.
ResponderEliminar¿"Esthetica"?, ¿"universitarizarse"?... ¿Algún barbarismo más? Palabrería. Lingua tertii imperii.
"Padre" de hijos imaginarios. "Profesor" por designación nominal. "Fraile" sin humildad, sin vocación alguna. Cristiano superficial. Artista de pacotilla. Clases de formación universitaria convertidas en un teatrillo experimental de pacotilla. Tan sólo un Fidel de bolsillo, un Jomeini local. Lo único bueno que quedará de ti será una singular fiesta de despedida.
¿Pensais, guardianes de barracón, que vais a dictar también nuestros recuerdos? Nosotros fuimos las víctimas. FUIMOS. La aversión a la razón es la patente de un proyecto de tirano. Curioso que ahora apeleis al razonamiento para defender lo que no tiene defensa alguna. Vuestra aversión a la razón es sólo hipocresía.
Qué "artista" va a perder el mundo contigo, neroncillo...
Creo que no merece la pena perder ni un minuto más contigo, y que ya te respondió suficientemente nuestro amigo Pedro Serrano (al que no replicas, como tampoco a Carlos Cajigal, sí a Mariate Cobaleda, parece que te atreves sólo con las mujeres). Sin embargo, no deja de resultarme sorprendente tu resentimiento hacia fray Santiago. Está claro que sólo odiamos aquello que entendemos como una amenaza, o aquello a lo que le damos alguna importancia. Si la Esthética Originaria, como falsamente afirmas, es tan despreciable y tan insignificante (‘palabrería’, ‘teatrillo’, ‘pacotilla’…), ¿por qué pierdes el tiempo criticándola? ¿No será que has visto que hay algo detrás de ella?, ¿que tiene un valor que tu egolatría intelectualoide no te dejó entender? ¿Es esa la causa de tu resentimiento?
ResponderEliminarPara colmo, comparas el vocabulario de la Esthética con los discursos de los nazis (ese “tertii imperii” te ha quedado muy bien, parece que por lo menos aprobaste el latín de BUP). ¿Invita al odio la Esthética? ¿Pide el exterminio de alguien? ¿Reclama la aniquilación de los débiles mentales? Creo que no es el caso, así que por ese lado también deberías estar tranquilo.
Nuestros reparos hacia los ismos, como el intelectualismo o el racionalismo (no a la razón, como dices, puesto que en la existencia tenemos necesidad de usarla, al igual que el lenguaje) se debe a que ha desterrado de cualquier discurso considerado válido la capacidad de emocionarse, de encantarse, de sentir. Es en ese ámbito (en ese ‘punto de Luz’) donde es posible el acuerdo universal. Ya no caben los puntos de vista ni las ideologías, pero no por anulación, sino porque quedan integrados (incluidos, excluyéndose). Y a ese encantamiento, con toda humildad, ha aspirado siempre Pérez Gago. A eso y a poner su ser a disposición de los demás. Cuando se vaya, serán muchos los que guardarán con respeto su legado y su recuerdo. Las tonterías que puedan hacer otros para celebrar no se sabe qué serán totalmente efímeras, y no darán fruto alguno. No pierdas el tiempo y sentire aude.
Alberto Muñoz, miembro de la Sociedad de la Comunidad Castellano-Leonesa de Esthética y Theoría del Arte
Amigo cocobill con dos "eles": No cabe la menor duda de que estuviste matriculado en la Universidad de Salamanca, al igual que en las clases del maestro Gago. Tampoco cabe la menor duda de que no aprendiste absolutamente nada. Perdoname, sí recogiste algún producto de tu paso por las noches de la ciudad de Salamanca; esas noches donde a altas horas de la madrugada uno busca la perdida de la conciencia porque es la mejor manera de apartar los propios fantasmas (no seas vulgar y contestes diciendo que yo también debo saber de ello pues lo describo); recogiste el producto de la vileza, de la ruindad del resentimiento y por supuesto de la cobardía, y no el fruto de sus catedras que en un principio debió ser tu objetivo. Pero amigo Cocobill, con dos "eles", la Naturaleza es cruel y una cosas son los deseos y otras las realidades. Te voy a dedicar más espacio del que mereces, pero en Esthetica Originaria practicamos la generosidad. Desde siempre hemos esperado enemigos con los que combatir intelectualmente;de igual modo, tambien creemos que en el arte de la guerra el enemigo, que siempre es respetado, debe estar a la altura. El Señor, en este apecto, con nosotros no ha sido generoso, nos ha puesto delante a un psudoenemigo que por su cobardía lucha desde el anonimato. Te recuerdo que en las clases del Maestro Gago nos enseñaron que el nombre reflejaba la personalidad de cada uno y el apellido el linaje que expresa nuestra tradición; ese incesante sonar de la persona, eso que nos dice quienes somos. Justo eso es lo que nos diferencia de los simples individuos, que como dijera Unamuno, era un concepto matematico que solo aportaba cantidad no cualidad al ser humano.Sólo por ello, anónimo cocobill, no merece la pena luchar contigo, ya hemos vencido; porque no tienes nombre no tienes presente y por no tener apellidos no tienes pasado ni historia y mucho menos tradición. Aún así que Dios te bendiga, que Él es generoso y sabe que tiene que haber de todo.
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ResponderEliminarCoco, old friend, gracias por estos momentos de creación que nos regalas, gracias por tu discurso convulso preñado de emoción y de dolor, gracias por despertarnos del letargo invernal para acelerar nuestros corazones y hacer que bombeen la sangre con energía.
Me uno a ti en el sentimiento y asisto conmovido a tu pesar, a tu pesar plañidero, a tu pesar lastimero, a tu pesar dolorido.
Yo también fui alumno de Santiago en la misma década de los ochenta, al final, y me temo que, como tú, tampoco me enteré entonces de qué iba aquello, pero te aseguro que aprobé con facilidad, con suma facilidad y eso que falté a muchas de sus clases, se decía entonces que era requisito indispensable para superar la asignatura, que no me encontraba precisamente en comunión con su filosofía y que además esto último se lo decía y lo puse en el examen. Aprobar con Santiago era fácil, era tan fácil que alguien como yo, que ni estuvo todo el tiempo ni no se enteró, lo consiguió a la primera. Me temo que había que ser ‘mucho tardo’ para no pasar la materia y mucho es más que muy.
Tu discurso excurso extemporáneo, breve y certero, incita a una respuesta tan abundante que el blog de ‘la laboral’ no es suficiente. Lo vas a poder leer en dos comentarios consecutivos, no obstante lo anterior, voy a ofrecerte la posibilidad de abundar en conversación privada y por supuesto confidencial. Al pie de la segunda parte encontrarás mi dirección electrónica. Te recomiendo más bien esta vía que la publicidad del Internet, pues que en ella te expones mucho. Anda que protestar porque un profesor de estética declame versos en su clase…Cuando quieras, de corazón…
Sigo tan pegado a tu dolor que me resulta difícil comenzar a escribir y además hay tanto que decir, que no sé ni por donde arrancar.
Mi experiencia desde luego que fue diferente, pero te la voy a contar, por si te sirve. A mi llegada a la facultad de Filosofía de la Universidad de Salamanca encontré profesores excelentes, buenos, regulares y malos; un poco lo que uno puede aspirar a encontrar en una facultad de Filosofía. Coco, sólo descubrí un filósofo: Santiago. Sé que te resultará doloroso conocer mi opinión, pero no tengo otra que transmitirla. Había, sí, multitud de docentes decentes que parafraseaban a filósofos y a exégetas de los filósofos, unos con más gracia que otros… Pero sólo había un filósofo, filósofo y esteta: Santiago, y me temo que no te diste cuenta.
(sigue...)
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ResponderEliminarY lo mismo que encontré profesores de los tipos que te he descrito encontré alumnos también típicos. Estaban los brillantes, los buenos, los mediocres y los malos. Y había un tipo especial destacado: los llamábamos alumnos-profesor. Se trataba de compañeros que parecían saberlo ya todo sobre la asignatura, todo sobre la didáctica, todo sobre la evaluación. Disponían, ya antes de comenzar a cursar la materia, de un tan amplio bagaje de conocimientos sobre aquello que les había de contar el titular de la cosa que sufrían grandemente cuando el que esperaban funcionario asignado por la Universidad no realizaba su función en los términos previstos; protestaban por el tratamiento de la materia si éste no se ajustaba a sus expectativas; también lo hacían cuando la técnica docente se salía de la conferencia magistral o faltaba la lectura de cuatro o cinco libros; conspiraban por las esquinas y difundían sus opiniones entre los compañeros, normalmente como pequeños roedores, eso sí, con un tremendo respeto hacia la persona, sin motear ni aludir torpemente a sus peculiaridades físicas con desprecio; bueno, alguna vez algo se les escapaba.
Muchos de ellos eran pelotas cazadores de ‘matrículas de honor’ que veían con pesar que en esas materias lo iban a tener crudo para el logro de su objetivo. Aquellos muchachos, algunos de pequeñas gónadas cuando no auténticos castrati, transmitían su llanto pesaroso ante la chavalería haciéndonos partícipes de su tristeza. Una tristeza como la tuya. Por eso creo que sé de lo que hablas. Para ellos era muy difícil aprender algo, porque ya lo sabían todo, tan firmemente aferrados como estaban a sus convicciones.
(sigue...)
( y 3 de 3)
ResponderEliminarQue no había temario en la signatura de estética creo que es un hecho cierto y que su didáctica no era la habitual también. Pero en el tiempo en que estuve no vi en la clase de Santiago ni los espías, ni la venganza, ni las vejaciones, ni las estupideces que refieres. Tal vez algunos años antes eso pasaba o tal vez tu percepción de la realidad estaba afectada por una carga teórica (Popper) que te condicionaba y te impedía descubrir lo que había. Tristemente observo que en tu discurso sí está algo de esto por lo que protestas. Míratelo, anda, no siendo que haya ahí un tema de transferencia especular (Kohl) y te lo estés perdiendo.
Creo que Santiago daba la clase de ese modo porque le habían dicho que tenía libertad de cátedra, un derecho constitucional, un derecho que evidentemente el constituyente había distribuido con excesiva generosidad, ignorando que en algunas facultades de filosofía también había filósofos, pocos, pero alguno y claro, un filósofo al que le dan libertad de cátedra, pues se la coge y así andamos…
Lo mejor de la facultad de Filosofía era que allí había sitio para todos. Yo nunca creí que faltara nadie y tampoco me pareció que sobrara nadie, tú tampoco. Eso era la facultad de Filosofía y si no hubiera encontrado profesores y alumnos ‘raros’ habría sido una estafa. Yo disentí de mucho de lo que me dijeron, pero nunca sufrí represalias por ello. Tal vez sea por la forma en que lo hice. Tampoco conocí a ningún represaliado.
Termino observando para ti que en la Esthética Originaria no hay aversión a la razón, sí al racionalismo. Quien propugne tal cosa tan solo pone de manifiesto su desconocimiento de la materia, tal vez una percepción parcial o sesgada de este proyecto que, seguro, está mucho más allá de tu alcance, en este momento. Tampoco hay guardianes de barracón, aunque te advierto que somos legión, ni nadie que dicte los recuerdos de nadie. Nos gusta saber que tú tampoco quieres dictar los nuestros. Si te sentiste ‘víctima’ de Santiago tal vez era que tan solo te sentías pequeño y si estás esperando a celebrar su muerte ese sentimiento era acertado. Pero cuando tú quieras liberarás tu grandeza y entonces y solo entonces te encontrarás con Santiago y con la gente como él. Tienes mi colaboración para ayudarte en la empresa, si la aceptas.
Te deseo lo mejor, ‘companero’.
Juan Ugarte. (juan.ugarte@umanes.es)
Hoy he encontrado esta página con comentarios a favor y en contra de Santiago Pérez Gago. Lo que sí está claro que el lenguaje utilizado refleja que algo le debemos.
ResponderEliminarEl Gago, como le llamábamos todos, quizás llevara mal ser tan grandote, estrábico y tener voz de pito, por eso se subía a su púlpito y pregonaba lo grande y listo que era ante unos asustados alumnos que no sabían por donde saldría hoy. Los únicos que estaban tranquilos eran su cohorte de aduladores. Continuamente preguntaba si se nos podia capar. Que su padre fuera capador en Benavides de Orbigo (León) siempre lo tenía a mucha gala.
Yo, con mi pobre lenguaje, ya que en mi curso dió aprobado general después del acojone durante todo el año, sólo os contaré la única vez que hablé personalmente con él. Fué casi treinta años después, por teléfono y por una gran casualidad. La conversación transcurrió más o menos así:
-¿Eres Santiago Pérez Gago?
- Si. ¿Quién eres?
-Todavía estás vivo, tienes que estar muy viejo. Yo ya tengo cuarenta y tantos.
- ¿Quién eres?
- Soy ... Tu me distes clases en la Laboral de Córdoba en el curso 77/78. ¡Qué malito eras!
- ¡Hombre! y ¿Eso?
- Gracias a ti hubo un grupo de alumnos a los que se les quitó la beca (Por participar en una huelga por la infame comida y por ser sus alumnos a los que les comunicó, en octubre del 77, que para septiembre del 78 estaban suspendidos) y el único que les defendió enfrentándose con todos vosotros fué el padre Trapiello (Muy joven y de apariencia, digo de apariencia, con cierto amaneramiento, que me perdone).
- ¿Sabes que me denunció?
- Sea por lo que sea seguro que tiene razón. Es el m... con más huevos que he conocido en toda mi vida.
No sé que más hablamos, pero cuando colgué la sensación fué de una inmensa paz.
¡Qué mundo! Uno está de catedrático en Salamanca y el otro de capellán en Santiago, en el convento de clausura de las Dominicas. Desde aquí le mando mi más respetuoso saludo.
PD.: El Gago guarda celosamente los datos, fotos y demás de todos sus alumnos, a los que considerará, me imagino, hijos intelectuales suyos.
Querido Anónimo:
ResponderEliminarYo, también, lo tuve de Profesor en el curso 1976/77. Y lo mismo hasta nos conocemos porque pertenecía al colegio San Alberto, con Dacio, Trapiello y alguno más que no recuerdo. Mira, yo sí me identifico; me llamo Juan F. Bueno Garrido, estrábico como Gago. Parece ser que estar bizco os da una sensación especial a aquellos que “miráis” normal. Hace unas semanas, un ex compañero de clase y de aventuras en aquellos años; culto, ilustrado, irónico en su enorme sapiencia, Profesor de Clásicas, traductor en ciernes; también, me recordó lo del estrabismo.
En vuestra infinita sabiduría, eso del estrabismo debe ser como la bicha. El Nazismo dio con la solución final para los que se salía del patrón de la raza y los medio idiotas.
Pero bueno, centrémonos en lo importante. Desconozco lo que pasó en el curso posterior; me extraña de que suspendieran a unos alumnos por hacer huelga por la infame comida. Yo entré en la laboral con el franquismo y, huelga, no hicimos por la infame comida; pero muchos días, a lo largo de aquellos tres años que pasamos allí, dimos enormes y multitudinarios conciertos de cucharas y tenedores en aquellas mesas metálicas. Y nuestra forma de manifestar nuestro descontento era salirnos (casi todos) de aquellos comedores (más bien parecían enormes barracones militares) sin probar bocado; porque no había por donde meterle mano a aquella infame comida.
Pero te diré algo más, aunque no venga a cuento. En plena Dictadura y en una Institución creada por el más leal Franquista y Fascista, Sr. Girón de Velasco; el PCE campaba a sus anchas por los campos y aulas de la Uni de Córdoba.
Hace unos días ha muerto un ser entrañable para mí y al que el PCE debe tenerle entre sus hombres elegidos: Gerardo Suarez. Era dominico, comunista y un gran cinéfilo. Un hombre extraordinario, siempre dispuesto a ayudar a aquellos jovenzuelos imberbes y que en aquellos años de plomo nos hizo descubrir el concepto de Justicia Social y las mejores películas que se podían ver en todo el Estado. Todos lo sabían, dominicos y, tiempo después, supe que también lo sabía la policía. A él lo trasladaron a la Universidad Laboral de Málaga y, parece ser, que incluso lo expulsaron de la Orden.
Pero nadie tomó medidas represivas ni disuasorias con ninguno de los alumnos que estuvimos cerca de aquellas ideas nuevas en plena Dictadura Franquista. Me extraña que si no se hizo nada con “los comunistas” se suspendieran a determinados alumnos, por hacer huelga de comida.
La coletilla del Padre Gago, al entrar en clase el primer día de curso: “yo ya sé quien va a suspender y quien va a aprobar sólo con ver vuestras caras. Y por mucho que hagáis, ya estáis sentenciados”; era algo archiconocido en la Laboral. Una coletilla que ya nos era avisada por los veteranos y que luego, él, lo refrendaba, con todas las de la ley.
Ignoro si lo que has afirmado, lo tienes refrendado con total aquiescencia. Pero yo (y otros muchos) dudamos de que el Padre Gago haya suspendido a ningún alumno suyo en los veintitantos años que ha estado en la Laboral
Desconozco el enfrentamiento de Trapiello con Gago y, por supuesto, la próxima vez que hable con Santiago Gago, trataré de que me explique esto. Creo, que antes de juzgar a nadie desde la distancia; habría que oír su versión.
(continúa debajo)
Tratas a Trapiello de amanerado. Espero que no seas como te retratas; pero el Padre Trapiello ha sido la persona más buena (en el sentido estricto y etimológico de la palabra) que yo haya conocido en mi vida. Siempre dispuesto a ayudarnos, a colaborar, a tender puentes entre otros dominicos, profesores y los que éramos sus alumnos tutelados. Y no creo que el hecho de que uno haya acabado como Profesor de la Universidad de Salamanca y otro como confesor de un convento de clausura de dominicas en Santiago de Compostela, tenga algo que ver.
ResponderEliminarYo también era un pobre muchacho con pobre lenguaje como tú. Y encima bizco (como te dije antes) y también me acojoné algunos días con la ira del Gago. Pero no entré a formar parte de la cohorte de aduladores del dominico. Él no tenía cohorte de aduladores; recuerda bien, era un ser solitario, que casi siempre te lo encontrabas andando solo por aquellos jardines y bosques que nos rodeaban. Fui un adolescente al que cautivó por su magisterio. Un magisterio que no emanaba, precisamente, de la asignatura que nos impartía: Lingüística Española. Es más, ha sido el profesor más pésimo que he tenido en mi vida. No me enseñó nada de su asignatura.
Dices que era grandote y tenía voz de pito. Imagino que, encima, te hacía escribir aquellos dictados que él te recitaba a toda prisa, en el que apenas te daba tiempo a escribir y en los que (como yo) sacabas -30 ó -50; y para rematar, intuyo que algunos días con su voz autoritaria y desde su altura ciclópea y estrábica; te hacía copiar, porque a él le salía de su real entrepierna, alguna frase como “Estos días azules y este sol de la infancia”.
No aprendiste nada del Padre Gago, amigo Anónimo. Y mira que lo siento.
Perdona que te hable, como si nos conociésemos; pero no llegaste a comprender aquella época de tu vida. Y sigues sin comprenderla.
En aquel curso 76/77; fueron muchas las horas y horas en discutir en el aula (todos, no sólo él) “el fondo y la forma en la historia de la humanidad y en la vida de las personas”. Y él nos abrió los ojos para que siguiésemos, sin temor, siempre “el fondo”. Parece ser que tú has preferido las formas.
Si sólo llegaste a ver la turbiedad que algunas veces tuvo el padre Gago y no acertaste a distinguir el agua cristalina que latía debajo y que derivaba de sus lecciones magistrales, sus exposiciones orales, sus textos, primorosamente, elegidos. Desdeñaste unos años que nunca, jamás, recuperarás.
Sí sólo te quedaste con lo grandote, estrábico, la voz de pito y que su padre fuera capador en Benavides de Órbigo (León) sólo asimilaste el resentimiento que puede llegar a albergar el alma humana.
Querido Anónimo:
“Sosiega un poco; siéntate; las gradas de este humilladero, aquí fuera de la ciudad, pueden servirnos de asiento durante un momento. Has corrido mucho por campos y ciudades y todavía no te sientes cansado. Tu vida es tumultuosa y agitada; quien te vea por primera vez sin conocerte, dirá sin equivocarse cómo eres, cuál es tu espíritu, lo que deseas y lo que amas. […] Pero el reposo y el olvido no son para ti; tú necesitas la animación, el ruido, el tumulto, el color, las sensaciones enérgicas, los placeres fuertes; tú necesitas ir a las ferias, estar en compañía de los estudiantes disipadores, tratar a las cantarinas y danzaderas; tú necesitas exaltarte, enardecerte con las músicas, los cantos amatorios, las alegres comilonas. El silencio, la paz, el recogimiento íntimo, la emoción delicada y tierna no son para ti. Tú no aspiras a eso tampoco. ¡Ya ves! Ahora, en estos momentos dulces y melancólicos de la tarde que muere, frente a la ciudad, en el sosiego de la campiña, tus ojos no recogen toda esta poesía delicada y profunda; tus ojos […] van hacia aquel caserón, adonde tú dirigirás tus pasos esta noche, y en que tú sabes que hay unas lindas mujeres que cantan y danzan maravillosamente”.
Juan F. Bueno
¡Sublime!
EliminarUn Hombre es una estirpe. Un Hombre es su obra.
ResponderEliminarEn estos tiempos de sequía, aun intelectual, surgen ecos invadidos de un silencio apretado incapaz de vencer. Son los voceros,rutineros de voluntad enferma incapaces de afirmar su fe y defenderla. Ningún sentimiento de los que proyectan termina por resolverse.
Cuántas ansias de reducir la palabra pura a cordura, como si ella sola no hubiese iniciado ya un camino sin retorno. Quizá, en estos ecos apátridas, exista el empeño retórico de terminar uniendo el ruido a su nombre. Funestos guardianes de la Razón, ¡cuánta soberbia se revela en su custodia!
No es tiempo de guerras ni de declaraciones de guerras a aquellos que no aprendieron a hablar en silencio, a caminar con el alma inquieta, vertiginosa. Las alegrías racionales bien pueden ser perseguidas por los profesionales de la palabra, cuya exhibición consiste en dar y ponerse en espectáculo.
Sólo es útil la palabra pura si es fecunda ¿Y qué es la obra sino pasar del soñar a poner en práctica lo sañado? Por ello, como el hidalgo, su linaje empieza en él. Alcanzar el Nombre, el hallazgo del Nombre, del Hombre, esa es la única conquista esencialmente humana.
La soberbia capital es la de abstenerse de obrar por no exponerse a la crítica, y el acto mayor de humildad es hacerse en la obra para que después la critiquen.
¿Y la mayor traición?
La traición siempre se revela desde dentro. Cuando la palabra esthética dicha, vivida y escrita se vulgariza, ya no se muestra, se verifica. Se reedita, se redefine en un crisol de perspectivas ajenas a su alumbramiento; y al fin, cuando se instala la mudez en el hombre que inspirado por ella no reconoce ante el mundo de dónde viene su linaje.
La Historia nos muestra que sólo el Amor, esa forma esencial y terriblemente humana del Amor es capaz de engendrarse a sí misma, en cada instante, sin dar certidumbres, sólo hambre de ser.
Aquellos que aun no han distinguido los ecos de las voces, los de la esperanza, no los hombres de Fe, que se sienten a esperar. A ver si les llueve del amor conceptos.
Vi a Santiago Pérez Gago sólo una vez en mi vida. Me mostró el Manantial sereno. En Salamanca.
María José Román Rodríguez.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
ResponderEliminary el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
Querido Juan F. Bueno Garrido:
ResponderEliminarHaces referencia sólo ocho veces al estrabismo y hasta lo relacionas con el nazismo, míratelo.
Recuerdo un buen compañero con el que salía por Córdoba, estrábico sin complejos, buen escritor, pero no eras tú.
Recuerdo un adulador de Gago, Garrido P., pero no eras tú.
Recuerdo a Martinez M., que fué uno de los damnificados, y tampoco eres tú.
Recuerdo al entrañable padre Erviti.
Y por supuesto recuerdo a Trapiello que, como bien dices era bueno hasta decir basta (por eso está de capellán), al que fuí a saludar a Santiago cuando supe de su enfrentamiento con el Gago, sólo por admiración. Que conste que nunca fuí amigo de educadores, jefes o mandos, pero como bien dicen aquí, es parte de nuestra historia.
Saludos y cuidate.
Una perlita, tigrines, comentad lo que os parece.
ResponderEliminarhttp://2.bp.blogspot.com/_Sac8var7x5U/SNTI2xYAhzI/AAAAAAAAAhk/TqK4jtC2CzQ/s1600-h/58.gif
Este año cierra la USAL sus instalaciones durante todas las vacaciones. Por quiebra. No es la únicainstitución afectada. La USC y otras 18 universidades (la mayoría, públicas) están en números rojos y al borde de la extinción.
ResponderEliminar¿Por qué?
1. Por el despilfarro.
2. Porque Bolonia esta "ad portas". Adiós a los costosos y lentos trámites de homologación.
3. Porque la estructura universitaria española es medieval. La endogamia está completamente extendida y hace que la oferta educativa de las universidad española haya quedado démodé.
Mientras no quedaba otra que pasar por el aro, soportamos instituciones y situaciones medievales. Aguantamos a los Sosas, Molineros, Broncanos, Paredes, Marianos... hasta a los Gagos. Pero en cuanto ha sido posible llevar un curso de modo semipresencial, empleando internet, encontramos que Harvard, Oxford, la FUB e incluso la UO, aun cuando tienen listas de espera, son mejor opción de la USAL, la USC o la UCM.
Todas estas universidades de solera están al borde del desastre. Hay 20 en bancarrota declarada. Sus másters no son estimados. Apenas tienen matrícula. Y sus cursos a distancia, propuestos por "genios" como Gago sólo convencen a quienes los emiten.
Si usted quiere saber de Estética, el PhD. Malcolm Heath de Leeds, por poner uno de entre muchos ejemplos, lleva un curso fantástico sobre la "Poética" de Aristóteles ¿Para qué va a gastar tiempo y dinero en la USAL? Ahí sabemos todos lo que hubo. No hay más que echar un vistazo a las tesis dirigidas durante el último cuarto de siglo. Y "mal que no mejora, empeora".
Podéis contar lo que queráis. Pero la USAL permitió que Gago (y otros semejantes a él) fueran profesores. Y ya vemos el resultado: la quiebra.
Por sus frutos los conoceréis...
Querido anónimo,
ResponderEliminaral meter en el mismo saco a Pérez Gago y a algunas ilustres nulidades revelas cierta confusión. No entraré en el hecho de que prefieras la catarata de puntos de vista de Aristóteles a la Luz de la Orpheidad, allá cada cual, lo que me parece injusto es que asimiles a Gago, que es un Maestro que ha dedicado las clases a dar su vida, con profesores-funcionarios que han aprovechado la vida para dar clases.
Si la Universidad ha fracasado ha sido precisamente por querer adecuar a los alumnos a sus programas, y no por hacer de cada persona el verdadero programa, que es lo que siempre aspiró a hacer Gago. Se intuye en lo que escribes cierto deseo de que en la nueva enseñanza se diera algo semejante, por lo que me resulta sorprendente que precisamente sea al Maestro al que más criticas.
Alberto Muñoz
Yo no sé escribir tan bien como Uds., a mí, Gago no me enseñó nada de literatura, algo de semántica y la poesía la verdad es nunca me gustó, pero...
ResponderEliminarSantiago P. Gago quedó en mi mente como una persona especial, excepcional. No me interesaba su "temario", pero sí su forma de ver la vida orientada hacia lo más elevado, ¿alguna vez habló de Dios?. No recuerdo, más bien de "dioses terrenales", sus dioses poéticos, sus Machados.
Le encontré muchas veces caminando por el canal, solitariamente por Las Quemadas. Muchas veces le busqué para acompañarle, se reía mucho conmigo y yo le admiraba como persona, sin saber muchas veces ni de lo que hablaba.
Han pasado 35 años años, le recuerdo con mucha frecuencia, pero no por la profundidad que pudo conseguir en mi, sino que mi vida está llena de pequeños "trazos", pequeñas "pinceladas" que siempren tienen de fondo alguna de sus frases, alguna de sus expresiones, de sus ironías.
Por ti y para ti padre Gago, por lo excepcional que fuiste y por la impresión que causaste y dejaste entre una chiquillería de 18 años.
Tu memoria se merece un respeto, con sus luces y sus sombras.
Amén.
ResponderEliminarSantiago P. Gago, quiero confesar, no para el perdón, sino para el conocimiento general y si acaso para la disculpa de aquellos a quienes privé de su lectura entonces, el robo de las obras completas de A. Machado (Buenos Aires 1966? aprox.)que celosamente guardaban para su disfrute en la biblioteca de profesores, a la que extrañamente (¿por qué yo?)teníamos acceso algunos alumnos.
ResponderEliminarAllí se podía disponer de obras y autores censurados, Puedo recordar a bote pronto: Pablo Neruda, "El general franco en los infiernos", Manuel Tuñón de Lara "Historia económica de España en el siglo XX",....
No me arrepiento de lo que hice ni espero penitencia. La culpa de todo, jajajaja, del Gago que tanto nos hizo amar la poesía del sevillano.
¡Con un par! ¿O es que no nos lo habían robado a todos antes? Lo que no comprendo es como un representante de la iglesia más oscura e inquisidora es el máximo estudioso y defensor de un hombre bueno, librepensador, de izquierdas que perdió una guerra, esa que perdieron los maestros y ganaron los curas con la ayuda, entre otros, de excelentes y sanguinarios soldados musulmanes. Me lo expliquen.
ResponderEliminar“…¡Y este hoy que mira a ayer; y este mañana
ResponderEliminarque nacerá tan viejo!
¡Y esta esperanza vana
de romper el encanto del espejo!
¡Y esta agua amarga de la fuente ignota!
¡Y este filtrar la gran hipocondría
de España siglo a siglo y gota a gota!
¡Y este alma de Azorín..., y este alma mía
que está viendo pasar, bajo la frente,
de una España la inmensa galería,
cual pasa del ahogado en la agonía
todo su ayer, vertiginosamente!
Basta. Azorín, yo creo
en el alma sutil de tu Castilla,
y en esa maravilla
de tu hombre triste del bacón, que veo
siempre añorar, la mano en la mejilla.
Contra el gesto del persa, que azotaba
la mar con su cadena;
contra la flecha que el tahúr tiraba
al cielo, creo en la palabra buena.
Desde un pueblo que ayuna y se divierte,
ora y eructa, desde un pueblo impío
que juega al mus, de espaldas a la muerte,
creo en la libertad y en la esperanza,
y en una fe que nace
cuando se busca a Dios y no se alcanza,
y en el Dios que se lleva y que se hace…”
Querido anónimo; Santiago Pérez Gago no es representante de la iglesia oscura e inquisidora. Supongo que no lo conocerás de nada, por hablar así. Santiago Pérez Gago hace ya tiempo que busca a Dios y no lo alcanza, como el Maestro sevillano.
Por favor rogaría un poco de decoro, cultura, objetividad y conocimiento en este foro.
ResponderEliminarPodemos hablar de todo, de todos, contra todo y contra todos; pero siempre con argumentos.
Y por lo menos, los que estamos en la tarea de preservar y dar a conocer la labor y el magisterio de Santiago Pérez Gago; deberíamos esforzarnos en seguir estas reglas. Gracias.
Recuerdo muy bien al padre Gago, fue profesor de literatura de mi clase, creo recordar que en 2ª de BUP.
ResponderEliminarNunca tuve la sensación de que fuera una persona violenta.
Nos hizo aprender mucho a todos e involucrarnos mucho en la asignatura. Hicimos algún trabajo muy interesante.
Saludos.
El mejor mejor profesor que yo he tenido. No en vano, se ha considerado maestro de una nueva filosofía. Como persona, se desprende de él bondad y verdad, aunque con un fuerte carácter, fruto de su notoria personalidad. En sus clases aprendimos el sentido universal de la verdadera religión.
ResponderEliminarPregunto D. Juan F., entonces... ¿los que no seamos cultos no podemos piar aquí?
ResponderEliminarEntiendo que aquí puede opinar todo el mundo. Lo que pasa es que mediante ese "cobarde anónimo" se está desprestigiando a una persona, o al menos, intentándolo, y la verdad es que rompe el sentimiento transmitor del "espíritu del laboral". Esa educación comedida que recibimos y cuya elegancia y prudencia debemos transmitir a todos los ambientes sociales, aún en un simple foro, en el cual no es capaz de mostrar su nombre por falta de valentía. ¿Eso fue lo que te enseñaron en la Laboral?.
ResponderEliminarCreo que ese anónimo es un resentido. Gago pudo pasar por su vida sin pena ni gloria, pero de ahí a hablar así de él, se envidencia un trauma personal. Lo siento, discrepo en sus apreciaciones.
Manuel Porcel
Querido anónimo, creo que de mis palabras no se puede entender tal fundamento. No soy yo, precisamente, un dechado de cultismo.
ResponderEliminarSi lo decías por haber usado los términos de “pedir… cultura”; sólo me refería a que, si criticamos a favor o en contra de Santiago Pérez Gago, lo hagamos con argumentos, respeto y decoro.
El moderador y creador del foro (que no soy yo) ha eliminado algunas entradas que contenían vocabulario soez, escatológico y exabruptos, propios de álgidos adolescentes; y no de personas ya maduras que estimo, somos la mayoría que hemos conocido la vida y obra del Padre Gago.
Algún comentario, encima, daba la impresión de no saber, siquiera, quien es Santiago Pérez Gago. O no lo conocía de verdad, o hablaba de otro Gago o sus palabras, sólo, tenían la principal misión de herir, buscando la ofensa y la animadversión.
Por eso, estimado anónimo, usaba la expresión global de “CULTURA”.
También quiero aprovechar y manifestar mi desacuerdo con nuestro amigo Manuel Porcel. No podemos tachar a nadie de “Resentido”, sólo por no darse a conocer.
Sería deseable que todo el mundo se identificase tras sus opiniones; pero debemos de respetar a los que, así, no lo hagan.
Éste foro nace en la página web de la Universidad Laboral de Córdoba (http://www.laboraldecordoba.es/index.htm); en ella y por idea de su creador, Juan Antonio Olmos, se quieren crean distintos foros sobre personajes importantes e ilustres, relacionados con nuestra vieja UNI.
Todo el mundo da ideas y se crean 10 foros, que se iban a dedicar a las personas más importantes que dio nuestra UNI en sus veintitantos años de existencia. Todos habían sido Profesores o Dominicos de la misma.
Casi dos años después, sólo se mantiene éste, dedicado al Padre Gago. El resto se ha ido eliminando por falta de participación.
Por eso hago mías las palabras que algunos de los intervinientes en este foro han dicho: “no pasó por nuestras vidas de puntillas. A nadie dejó indiferente; muy pocos habremos sido capaces de olvidarle”.
Sigamos opinando de su vida, su obra, sus métodos, sus concepciones… pero siempre desde el respeto, la dialéctica y la argumentación
Nunca desde la ofensa, la simple descalificación o la mentira.
¡Por San Juan de Mata! menudo guirigay están mostrando.
ResponderEliminarGago, Santiago, Padre Gago, Mustafá (?)... ha sido, es y será una persona absolutamente atrayente, aunque sea para denostarlo. A mí me escribió algunas palabras en el alma. Esa es su esencia: atracción indiscutida. Y esa es su intención: marcar a cada cual como lo que era, es o será para sí mismo.
Yo tuve suerte (bueno, parte de ella se la debo a Pilar Garín -inicialmente buena enemiga mía-, y Antonio (Isaías) Gutiérrrez Burón -quien me enseñó a pensar- que le impidieron dejarme la trabajada y trabajosa Lingüística que hoy imparto para septiembre...aquello fue muy comentado...ya lo creo); pero, sí, tuve suerte. Pude disfrutar de una relación inusual para aquellos entonces. Volveré a ello.
Sin embargo no quiero perder la oportunidad de recordar que en aquel 2º COU (1972-1973) algunos estudiantes(los del grupo más pequeño, el de la esquina del pasillo; el de las cinco chicas -Isabel, Lola, Lourdes, Mª Dolores y Maxi-) pudimos llegar a disfrutar de otros profesores, que con mayor o menor profundidad labraron los campos de nuestra alma: Pilar, Antonio (compartido con otros grupos) y Mª Dolores. Ellos también contribuyeron a marcarnos, vía humanidad, de forma contundente. De ellos poco hablamos; y tal vez nuestro silencio contribuya a favorecer visiones desenfocadas sobre otros docentes.
Mi buena relación con Gago, Santiago, Padre Gago -yo nunca lo llamé Mustafá- fue desconocida por los otros tres. Mejor, eran incompatibles.
Mi buena relación con los otros tres, no pudo pasar desapercibida por el primero: ¿había algo que no supiera o sepa de la vida de cualquier lugar donde haya estado o esté?; lo dudo
Yo, en medio de este océano de titanes, navegaba tranquilo. Sólo la interacción de aquellas tan diferentes fuerzas me marcó, me imprimió un sacramental carácter.
Fácil es que si me lee este castellano de alma afilada haya concluido algo razonable sobre mi identidad: "araña agazapada en tu rincón, rubito, majo".
Le debo mi pasión por la lingüística -como ves, Santiago Pérez Gago, tu reto causó efecto- y por la didáctica; pero eso ya lo sabías tú...
Le debo igualmente cierto desasosiego, que no comento ahora; le debo algunas de las cartas más reconfortantes y llenas de ánimo que he recibido nunca. Le debo mucho de mi quehacer diario.
Pero, repito, creo que todo eso se lo debo por la interacción /interferencia de él con los otros citados, puntales también de mi formación académica, humana y profesional. No he vuelto a sentir agradecimiento docente nunca más después de aquel entonces.
Sin embargo, como aquí sólo hablamos de él, "zurück zu Kant".
En los últimos tiempos, los casi quince años desde la última vez que conversamos, he podido reflexionar sobre muchas cosas; y he llegado a algunas conclusiones: a cierta gente le perturban los mitos. No me gusta sentirme perturbado; por eso no acrecenté la legión de aduladores ni de detractores.
Pero los mitos no pueden ser apreciados por su perturbación sino por lo que de enriquecedor tienen. Enriquecen la sonrisa y la lágrima, la suerte y la adversidad, el amor y el odio, la pasión y la ataraxia, la adulación y la lanzada punzante, certera y acertada...
A mí me enriqueció -por lo que observo me sigue enriqueciendo- conocer a este hombre; noto que a otros también... pero no por el mismo camino.
Un saludo.
Juanjo Zabala
¡Cuánto bueno dices, Zabala!
ResponderEliminarDefender al Maestro, reconocer lo que nos dio.
¡Cuántas cosas le debemos, le deberemos hasta más allá de los tiempos! En la omnipamdimensionalidad que dice él ahora.
Me ha encantado leerte.
Un abrazo laboral.
Pedro Serrano
Estimados antiguos laborales:
ResponderEliminarAnte todo quiero dejar claro que respeto profundamente toda opinión respecto del padre Gago, pero no entiendo muy bien cómo se le puede faltar al respeto de la forma en que se hace por parte de ciertas personas, máxime si dicho religioso está ausente y todos gozamos de la presunción de inocencia mientras no se demuestre lo contrario. De todas formas dejo claro que no pretendo molestar a nadie y que pido perdón a aquellas personas que se sientan molestas por mi exposición, que sólo pretende narrar mi experiencia con ese educador.
Yo tuve el honor y la suerte de tener al padre Gago como director de Colegio. Debo decir que no he conocido jamás persona más vocacional y rigurosa que él, su sola presencia era más que suficiente para mantener el orden y la disciplina, su persona representaba el trabajo y el esfuerzo bien hechos, poseía un autocontrol exquisito y sospecho que tenía los dones sobrenaturales de ver incluso a través de su espalda y de, más que andar, deslizarse levitando a lo largo de los pasillos de la UNI. En resumen, era un ser especial de los que, para desgracia de la sociedad, sólo nace uno cada 100 años.
Aparecía y desaparecía de nuestra presencia sin producir el más mínimo ruido, es algo que todavía no he conseguido explicarme a pesar de mis numerosas horas dedicadas a intentar dar solución a esa peculiar conducta de semejante líder espiritual, no hay duda de que los grandes genios, como el padre Gago, son inabordables para la mente humana normal.
Como persona era especial, inteligentísimo, culto donde los haya, vocacional, atípico en el buen sentido de la palabra, serio, trabajador, riguroso, educado y gracioso cuando surgía la ocasión, pero guardando los modales. Era un auténtico educador, un maestro con mayúsculas, un hombre que amaba el saber hasta extremos insospechados, yo creo que era la sabiduría personificada. Fue un hombre seguro de sí mismo que imprimía esa seguridad en sus educandos y alumnos.
El padre Gago era un profesor atrevido, un religioso ejemplar y una persona cabal y estudiosa, que decía lo que otros temían expresar, es decir, fue políticamente incorrecto para su tiempo. A ciertas facetas de la vida académica les imprimía el carácter militar del que sospecho era depositario, dicho esto con la mejor de las intenciones.
Soy consciente de que, en algún momento concreto, dicho padre pudo incurrir en un error de apreciación o conductual y que, por ello, cierto alumno se sintiera incómodo, pero no podemos por tal motivo generalizar y hacer de la excepción una regla. Las valoraciones, para bien y para mal, debemos realizarlas considerando la totalidad de los hechos, no los casos puntuales. En cualquier caso pido disculpas a los antiguos alumnos que se hayan sentido agraviados por el padre Gago o por mi exposición, que lejos de molestar sólo pretende narrar mis vivencias como ya he dicho anteriormente.
Para finalizar afirmo que nadie me ha marcado tanto en mi educación como el padre Gago, nunca he tenido la suerte de conocer un ser tan excepcional como él, el auténtico MAESTRO.
Siro.
En nombre de la Fundación Santiago Pérez Gago queremos dar las gracias a Siro Sánchez Cebrián por su extraordinario comentario sobre la figura del Maestro Gago. Agradecimiento del que estamos seguros que él también será partícipe. Nos parece acertadísimo como resumen de toda una vida dedicada a su magisterio integral, que aspiramos humildemente a que tenga una continuidad en nuestra Fundación, de la que lo invitamos desde aquí a formar parte. Un cordial saludo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarFundación Santiago Pérez Gago:
ResponderEliminarComo seguidor que soy del Blog del padre Gago agradezco muy profundamente a esta Fundación que se haya dignado a responder a mi opinión respecto del citado religioso.
Sepan que expresé mis sentimientos tal como los vivo, no me movió ningún interés oculto, pues como dijo un día el MAESTRO de MAESTROS, el padre Gago, "sin verdad no hay libertad, ni paz".
Me despido de ustedes muy afectuosamente, estoy a su entera disposición para todo aquello en lo que les pueda ser útil.
Siro Sánchez Cebrián
Tras mi primera y última intervención en este foro, he leído varios comentarios que han ido creciendo en su Blog. Por ello solo añadir:
ResponderEliminar1.- Todos los que tuvimos la "gracia" de conocerlo, salimos claramente influenciados por él.
2.- En todas las intervenciones se olvida la época que nos tocó vivir, y la época que nos toca vivir ahora. Por ello no podemos enjuiciar, juzgar con las mismas "leyes" de ahora lo ocurrido antes. En todo caso, aunque hay delitos que no prescriben, ¿quién puede, en "buena ley", decir que algunas actuaciones del Padre Gago fueron "malas"?
3.- En todo caso,conocerlo fué, para mí, un "delito" que guardo como uno de mis más preciados e influyentes recuerdos.
Salud a todos y recordad lo que otros decían "que se hable de mí, aunque sea bien"
Fdo. Miguel Torres Calabuig
Por fin encuentro un sitio donde buscarlo.
ResponderEliminarEl es de esas personas, que uno tiene la suerte de encontrar en un momento de su vida y cuando no está, siempre su corazón lo añora.
Quiero recordar, el incipiente alzheimer y las muchas marchas me hacen olvidar, que solo me dió clase un año.
Era Segundo de BUP.
Solo un año, pero fue tanta su influencia en mi, que lo busco desesperadamente, como Madonna a Susan.
Recuerdo sus clase, como el despertar al conocimiento, al pensamiento, a la duda.
Como un chaval, que solo quería aprobar, encontró en él, alguien sublime, alguien que era capaz de sacar de una frase, mil significados diferentes, cambiando solo los términos.
Pero no quiero glosar su figura, que solo hay que entrar en internet, para darse cuenta de su calado.
Solo quiero saber de él, y si es posible, me gustaría que me enviara la redacción (perdón padre pero no me acuerdo de como se llamaban), que yo hice sobre mi mismo.
" El gran vividor" creo que la titulé (je).
Y si además, su gratitud y la de mi compañero Montesinos, lo permitiese, me gustaría conocer que pensaba él, de mi mismo.
El tiempo pasa y uno empieza a pensar, en si devolvió los talentos que le dieron, padre.
Finalmente decirle que siempre que puedo y la ocasión lo permite, pregunto por usted, como en aquella ocasión, que haciendo la ruta del Ribera por tierras burgalesa, aparecí en Caleruega y cual fué mi sorpresa que me encontré con el Padre Tapias.
Perdone mi faltas, pero como usted bien sabe, yo soy más práctico, y agnóstico, que letrado y creyente.
Un saludo y gracias, Padre Gago.
Paco Serrano Nieto
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ResponderEliminarYa desde mis años de formación de Teología en Salamanca, descubrí al Maestro de Maestros, P. Gago, como fraile lleno de luz, lleno de poesía. Estuve en el grupo de poetas, que, al abrir la primera flor del almendo, salíamos al campo de fútbol, junto a las murallas del convento , alumbrados con la luz de las estrellas, a recitar, cada uno, nuestra poesía. Lo hacíamos de noche y duraba muchas horas. Pero el Maestro, al terminar la reunión, nos decía que teníamos que ir al coro para nuestros rezos litúrgicos. Así el Maestro de estudiantes, no se enteraba.Todo su hacer, y toda la confianza que depositó en mí, me enganchó a su persona, y a su Estética Originaria, que manaba de su alma iluminada por todo su ser. Desde entonces lo he tenido como MI Maestro, del que estoy muy orgulloso.
ResponderEliminarOtro hecho me hizo apostar por el P. Gago. Estaba yo operado en una clínica de Salamanca, y pedí que me velara por la noche, mi admirado y Maestro, el P. Gago. Estuvo toda la noche en mi habitación, queriendo dormir en una pequeña mesa de sala de visitas. Este gesto se ha grabado a fuego en mi alma, y nunca se borrará, porque ha sido como mi bautismo "gaguista".
Me alegra haber visto en su blog, que la mayoría de sus alumnos, le ponen como "Maestro de Maestro". Un Maestro que, a nadie dejó indiferente, y todos vieron que era un profesor fuera de serie, un profesor EXTRA.
Así lo han visto muchos alumnos, que lo tuvieron como Profesor de Estética en la Universidad civil de Salamanca. El P. Gago ha dirigido muchas tesis, hechas a él, desde sus libros y cuadernos. A nadie de los profesores de la Universidad Civil de Salamanca, le han hecho tantas tesis doctorales en vida. El "Maestro de Maestros", es el único dominico que, actualmente tiene una "Escuela Órphica" y una "Fundación del P. Santiago Pérez Gago". Para mí, es el mejor y más ilustre dominico, que tiene hoy la Provincia Dominicana de España.
Yo, con gusto, me considero un "discípulo" de tan maravilloso Maestro. Soy un admirador eterno de su persona, de sus libros, de su Escuela y de su Fundación. Lo defenderé siempre. Lo admiraré siempre. Alabaré todo su buen obrar, toda esa luz que a borbotones mana de su cristalino corazón.
Albricias, Maestro.
Richard Cuadrado Tapia O.P.
Algo que aprendí en nuestra querida Universidad Laboral de Córdoba es el inmenso valor que tiene el SILENCIO para el desarrollo: del espíritu, del estudio, del descanso, de la convivencia y de la reflexión.
ResponderEliminarRecuerdo que el silencio, que tanto se echa de menos actualmente y que es causa directa de muchos de los problemas que nos laceran, se “respiraba” en todos los sitios de nuestra UNI y era respetado en todo momento, sin que nadie vigilase estrechamente su cumplimiento, era un valor de inmensa grandeza.
La tranquilidad, que proporcionaba la ausencia de ruido innecesario, imprimía al ambiente un carácter sacrosanto que invitaba a la realización de todo el proyecto que cada uno de los alumnos teníamos impreso en el corazón y que tanta esperanza nos proporcionaba frente al futuro. Este sosiego ambiental nos ahorraba energías físicas y psíquicas y nos proporcionaba el optimismo necesario para afrontar los retos propuestos.
En las salas de estudio, en la que nos reuníamos alrededor de 200 alumnos, el rey era el silencio, una paz que se establecía y se mantenía sin que el educador de turno lo impusiera, era algo que se suponía bueno para todos y que nacía justo en el momento en que nos sentábamos porque “era la hora de estudio”. No quiero pensar lo que padecería ahora un educador que se responsabilizara de 200 alumnos agrupados en un aula, inimaginable, el caos y el desorden sería total, lo digo con conocimiento de causa. El padre dominico que controlaba dicha sala de estudio se limitaba a hacer acto de presencia, a leer, en pie, sus libros y a atender las posibles consultas del alumnado.
En las aulas, de alrededor de 45 alumnos, donde recibíamos clase, el silencio era igualmente respetado en todo momento y ante todo profesor. Atendíamos las explicaciones con sumo agrado y sin rechistar, sin pronunciar palabra si no solicitábamos antes intervenir, alzando la mano. Ahora, entre los teléfonos, las maquinitas de “marcianitos”, los ordenadores y demás aparatitos electrónicos es casi imposible impartir clase y que los alumnos puedan seguir el hilo de la explicación, y si te impones, como profesor, te puedes meter en un lío considerable “porque los alumnos se frustran si les prohíbes desarrollar sus iniciativas”, alucinante pero real.
(Sigue...)
En los dormitorios, donde dormíamos varios alumnos en camas individuales, no literas, ocurría lo mismo: respeto total hacia todos y silencio absoluto en las horas de siesta o en las nocturnas. Así el descanso era reparador, con lo que el espíritu y el cuerpo rendían en condiciones óptimas.
ResponderEliminarEn el comedor la situación cambiaba un poco, pero jamás se descontrolaba la paz necesaria, se hablaba pero no se gritaba, que es diferente. En el cine se respetaba los momentos que requerían ausencia de ruidos innecesarios.
En los campos de deporte eran los únicos momentos en los que de verdad podíamos dar rienda suelta a nuestros ímpetus juveniles, cosa lógica por otra parte.
Recuerdo los paseos que yo daba solo por los alrededores de la Iglesia y el cauce, eran momentos de recogimiento, de valor supremo, inolvidables y enriquecedores, donde el silencio nos hacía sentir felices y tranquilos.
En nuestra actualidad el ruido y el desenfreno lo invade todo, hay miedo al silencio, a encontrarnos con nosotros mismos, penoso.
Recuerdos imborrables, lecciones aprendidas de los padres Tapia, Gago, Santamarta, Ismael Castro y demás profesores y educadores, a los que tanto debo.
En otros momentos os comentaré mis vivencias respeto a cuestiones vitales como el respeto, el orden, la disciplina etc., temas que se han olvidado en el presente por considerarlos “de otra época”, lamentable.
Atentamente: Siro Sánchez Cebrián.
Tengo que reconocer que me ha gustado esto.
ResponderEliminarEs como volver a la fuente.
A la verdadera, de donde brota todo lo que es uno.
A la fuente y origen de los recuerdos.
De todo aquello que supuso unos maravillosos años, de efervescencia y juventud.
El canal y sus moreras, los partidos en los recreos, la merienda y el primer celtas largo.
Aquellas magníficos dormitorios (yo era externo), donde tostabamos algún bollo en un calentador, mientras haciamos rabona (o pellas, padre).
La fuente sin duda, de mi mayor afición, la música.
La mejor colección de música moderna (pop,rock,regaee,etc) que había en Córdoba, fuera de los antros de perdición por lo que solía andar, se encontraba allí, creo que era el Colegio San Rafael, nunca me enteré bien de los Santos.
Esas tardes entre estudio y estudio, allí, comodamente sentandos, con buenos amigos y compañeros, escuchando Pink Floyd, las tengo guardadas en mi corazón.
Tengo muchos discos y procuro que mi hijo se aficione.
Incluso recuerdo aquellas veladas de música clásica, que nos hacían escuchar/tragar (yo soy más de pista de baile), y que en mi vida laboral me han servido, para no quedarme dormirdo en el Palacio Real escuchando Lohengrin.
A la fuente del caracter.
Aquel que a hierro y fuego, esfuerzo y disciplina, respeto y orden (como bien dice Siro), con cariño y entrega, marcó mi manera de ser.
Y que no tengo que por menos agradecer a todos ellos, que hicieron de mí, lo que ahora soy.
Porque un servidor se siente deudor de esa manera de educar.
Y más ahora, cuando deambulo de colegio de monjas, a instituto público, hablando de la educación de mi hijo, con profesores abúlicos, faltos de liderazgo, engullidos por una sociedad conformista.
Sociedad en la que hemos llegado a no darle importancia, ni tan siquiera a aprobar.
Un buen tortazo a mi hijo le vendría de mil maravillas, joder.
En este capítulo solo tengo que decir, que no recuerdo la más mínima salida de tono de ninguno de los padres que me dieron clase.
Y no la recuerdo, no porque no la huebiera, que seguramente que no la hubo, sino porque si la hubiera habido, la he debido considerar como normal, como algo propio del proceso educador o incluso como un mal día, como el que todos podemos tener alguna vez.
Me duele decirlo aquí, pero soy un poco anticlerical, la iglesia no ha hecho mucho por mí, y a Dios no lo he visto actuar, con lo que soy agnóstico, pero quiero enarbolar la bandera de los Dominícos, que son los únicos "curas" de los que guardo un buen recuerdo.
Del Padre Gago me acuerdo cuando yo tosía en clase, tosía mucho (los celtas y alguna cosilla más), y me decía voz en grito:
" Señor Serrano busquese una linda muchacha que le dé en el pecho, suaves frotaditas de Vicks VapoRub "
No se cuantas veces he utilizado esta frase con las chicas para hacerlas reir, y debo reconocer que les hace gracia.
Y por supuesto a la fuente del conocimiento.
A esa contribuyeron muchos de ellos, Gago y Erviti especialmente.
Ya lo decía antes, el Padre Gago me enseño a amar el vocabulario, el mundo de las palabras y sus posibilidades, a hablar en público y a escribir ( que nos es poco, aunque ni escribo lo que quisiera, ni lo hago tan bien como debiera).
Y el padre Erviti, un gran navarro, deseheredado y burlón, que me introdujo en el mundo del arte y de la belleza.
Mi segunda gran afición, la pintura y la arquitectura, que me ha llevado a visitar por el mundo, como un poseso, todos aquellos lugares que aparecian en libro de Historía del Arte que él impartía.
Con el Padre Tapia me unía una amistad dirigida, había sido compañero de Univerdidad de mi madre, y me quería como un buen amigo (la vida me llevo a verlo en Caleruega).
Por todo ello doy gracias a todos los padres Dominicos que ocupan un lugar en mi alma.
Un abrazo.
Paco Serrano
Se me olvidaba, Padre, le adjunto mi dirección (porque se, que ningún mal puede salir de aquí) y si su tiempo, su archivo, su adversión a internet, y su interés se lo permite, me envie la famosa redacción.
ResponderEliminarPor muchas cosas; por la foto que puse; por lo que dije, y como lo dije; por lo que soy y por guardar un recuerdo de usted.
Que si me pone unas letras mejor.
Que seguro serán iluminadas.
A lo mejor cuando sea famoso, a mi nieto le saca de un apuro.
Francisco Serrano Nieto
San Pancracio,12 3º
29640 Fuengirola
Gracias
Hola Francisco
ResponderEliminarSoy Juan Aº Olmo, autor de la web de la UNI.
Esta mañana he hablado con el P. Gago el cual me ha pedido tu teléfono y yo te pido tu correo.
Envíame ambos a jaolmo@laboraldecordoba.es
Un saludo
Soy un antiguo alumno del padre Gago en la Universidad Laboral de Córdoba en los años 74-77. Así le llamábamos y así le recuerdo. En mis primeros veinte años de vida nadie ha tenido un impacto tan grande en mi alma como él. Positivo, por supuesto. Siento lástima por aquellos que sólo recuerdan su lado "obscuro". Es cierto que el ser humano es algo en constante evolución y mejoramiento y todos tenemos luces y sombras. Pero, cuando nos fijamos en las sombras de los demás, generalmente es para no fijarnos en nuestras propias sombras. Y si no queremos ver las luces de los demás, es porque no somos lo suficientemente valientes para descubrir nuestra propia luz interior, porque eso exige un esfuerzo que no queremos hacer: por pereza o por cobardía. Y no queremos que nadie nos lo recuerde.
ResponderEliminarYo recuerdo al padre Gago como un hombre de luz: luz en su sola presencia, luz en sus palabras, luz en sus enseñanzas, luz en sus sentimientos.
En los tres años que estuve con él no ví ninguna sombra en él. Era una persona que tenía el alma abierta de par en par para compartirla con los demás. Y era un alma muy grande; interminable para muchos de nosotros.
Nos enseñó a descubrir, no sólo la belleza de los textos de los grandes de la literatura castellana, entre los cuales ocupaba un lugar especial para él Antonio Machado, sino nuestra propia belleza interior. Nos animó a recorrer ese camino tan especial que va de la belleza de las cosas a la Belleza en sí, esa que está más allá de las cosas. Imagino que algo parecido es lo que siguió enseñando posteriormente en su cátedra de Estética Metafísica en Salamanca.
Si las cátedras de las universidades y centros de enseñanza estuvieran llenas de gente como él, el mundo sería muy diferente. Para bien, por supuesto.
Quizá alguien pueda pensar que el tiempo ha podido deformar mis recuerdos. De las circunstancias y detalles materiales, es posible; pero los recuerdos del alma están tan vivos y nítidos hoy como hace 33 años.
En fin, podría seguir diciendo muchas más cosas, pero no quiero alargarme.
Un saludo muy grande con toda mi alma abierta de par en par al padre Gago. Es lo menos que puedo hacer con alguien que hizo lo mismo conmigo. La llama que encendió en mí ha seguido y seguirá siempre encendida. Muchas gracias, Maestro.
Fernando Gea Navarro
¡Hombre Gea!:
ResponderEliminarMe alegra mucho ver que apareces por aquí, y más concretamente en el blog que recuerda la figura de Santiago.
Hace tiempo que entre el grupo de antiguos alumnos que nos hemos reencontrado apareces una y otra vez con tu guitarra y tu pelo afro.
Veo que como muchos de nosotros pasas por aquí a rendir tu homenaje a nuestro intemporal Gago, cuyo recuerdo todo los trasciende, tanto es así que dices más arriba "en los tres años que estuve con él no ví ninguna sombra... Era una persona que tenía el alma abierta de par en par para compartirla con los demás. Y era un alma muy grande; interminable para muchos de nosotros"...
Bueno, hombre, solo estuviste un año con él, en aquel COU-3-A, aunque ya veo que aquel año para ti se extendió abarcando en tu recuerdo todo el ciclo que estuviste en la Uni.
Hará ya un par de años, cuando aún no había entrado en la página Uni propiamente dicha, dejé constancia por aquí arriba, brevemente, de la impronta que nuestro querido maestro dejó en mi interior, pero en aquel momento no dejé constancia de mi nombre. Por eso pido hoy a nuestro moderador, Juan Antonio, superada ya la reticencia inicial que tuve a dejar mis señas colgadas en la web, que tenga la amabilidad de reproducir nuevamente aquella entrada dando de baja la anterior si procede:
Disculpadme por el escamoteo de mi nombre, no me gusta que quede reflejado en internet.
A nuestro amigo Gago:
Yo no le vi jamás un mal gesto, un solo coscorrón. Al contrario, conservo su recuerdo con una beldad inmensa.
Cierto es que entre sus alumnos los había díscolos y otros que, empleando sus palabras, éramos una fuente pura y cristalina que brotaba de manantial sereno.
Gracias maestro por acercarme al limonero del patio de Sevilla, por dejarme a bordo, desnudo, ligero de equipaje, buscando ese camino que solo se hace al andar.
Recuerdo cuando, al entrar en clase, desplegabas tus alas blancas en toda su amplitud, con toda su belleza, para mostrarlas a todo el mundo. Crecíamos contigo, admirándote, sintiendo radiantes esa muestra de poderío, de libertad, contentos de tener la suerte de compartir contigo esa energía y magnificencia.
Nos regalabas con tu asturiana o con tu cante hondo, ¿era por seguiriyas o por peteneras?
¡Chapeau maestro! Tú supiste llenar de amor y de recuerdos ese lugar incierto e ilocalizable al que llamamos alma.
Tienes razón, Juan. Fue sólo un año con él de profesor, pero su impacto fue tan grande que se amplifica a todo el tiempo que pasé en la Uni de Cordoba. Y es para mí una gran alegría reencontrarme con viejos recuerdos y con viejos compañeros y amigos con los que compartí una etapa muy especial y muy importante de mi vida.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del pelo, si ves alguna foto reciente mía (en la sección de antiguos alumnos), lo que otrora fue un tupido bosque es hoy un páramo desierto... como supongo que nos pasa a la mayoría.
Bueno, Juan, un abrazo.
Anonimo.- Tuve la suerte de ser condiscípulo tuyo y amigo desde que nos "reclutó" en León el P. Cascon -año 1946- hasta 1º de Filosofía. Sé muy bien de tu impresionante PERSONALIDAD, tu sensibilidad y profunda inteligencia, así como tu gran capacidad de trabajo No he mantenido demasiado contacto contigo, pero guardaré un recuerdo positivo hacia tí hasta el fin de mis días. Veo que muchos de tus alumnos te califican de MAESTRO, y no me extraña. Un abrazo fuerte jrm
ResponderEliminar...
ResponderEliminarTodo llega y todo pasa.
Nada eterno:
ni gobierno
que perdure,
ni mal que cien años dure.
—Tras estos tiempos vendrán
otros tiempos y otros y otros,
y lo mismo que nosotros
otros se jorobarán.
Así es la vida, don Juan.
—Es verdad, así es la vida.
—La cebada está crecida.
—Con estas lluvias...
Y van
las habas que es un primor.
—Cierto; para marzo, en flor.
Pero la escarcha, los hielos...
—Y, además, los olivares
están pidiendo a los cielos
aguas a torrentes.
—A mares.
¡Las fatigas, los sudores
que pasan los labradores!
En otro tiempo...
Llovía
también cuando Dios quería.
—Hasta mañana, señores.
Tic-tic, tic-tic... Ya pasó
un día como otro día,
dice la monotonía
del reloj.
Sobre mi mesa Los datos
de la conciencia, inmediatos.
No está mal
este yo fundamental,
contingente y libre, a ratos,
creativo, original;
este yo que vive y siente
dentro la carne mortal
¡ay! por saltar impaciente
las bardas de su corral.
Mi agradecimiento personal siempre al P. Santiago. Su recia personalidad, con sus luces y sombras -como todo ser humano-, su gran sabiduría bebida en las fuentes vivas de la contemplación y la vida, más que en el estudio y la reflexión, su sincero y auténtico sentido y valor de la amistad han sido, y siguen siendo, para mí un verdadero acicate en mi vida.
ResponderEliminarSoy discípulo y no alumno, porque le considero Maestro y no profesor, de la primera promoción a la que impartió su Magisterio en la Universidad de Salamanca -Curso 1.981-1.982-. En algún sitio dejé ya escrito y hoy repito, plenamente convencido de ello después de tantos años: fue una bocanada de aire fresco en aquellas aulas de la Facultad de Filosofía en las que se respiraba una enrarecida atmósfera de cadáveres filosóficos.
De ningún otro profesor, Maestro, se han hecho Tesis Doctorales sobre su Obra de creación. Los demás profesores han escrito libros y artículos de investigación sobre el pensamiento de otros; pero ninguno, excepto el Maestro P. Santiago, ha publicado nada más allá de manuales, comentarios sobre autores, monografías críticas, textos de otros, etc. No discuto la utilidad de todos esos materiales; pero la osadía de ser creador en el ejercicio docente muy pocos a lo largo de la historia de la docencia en Filosofía la han tenido.
Se puede y se debe ser siempre crítico, siempre para ir más allá, con el magisterio recibido. Personalmente lo soy con el recibido en Filosofía y Teología, también con el del Maestro P. Santiago; pero creo que la panvisión (más amplia que los límites estrechos del horizonte) abierta por el Magisterio del P. Santiago ha germinado en mí con fecundidad personal, espiritual, intelectual.
La comunión en la presencia desde la ausencia con el P. Santiago la experimento después de tantos años. Él marchó de Salamanca, yo tampoco vivo ya en mi querida ciudad natal de las piedras de oro; no pertenezco a la Sociedad Esthética, ni tengo relación con ninguno de sus discípulos promotores de de la Fundación. Mi relación con el P. Santiago es telefónica, pero muy de tarde en tarde.
Mi recuerdo y cariño para él son de agradecimiento sincero y para siempre.
Un saludo ex universitarios laborales , estuve en la laboral de Cordoba en los años 1963 -1967 .
ResponderEliminarMi nombre Jose Maria Marco Agoiz , no voy ha entrar a quien le gusto y a quien le desagrado el padre Gago , si os dire que me dio Lengua Española y Literatura , que como profesor fue excelente , con su disciplina diferente a todas las demas , quizas tambien con sus manias , pero a mi me parece que como profesor np le deberiamos poner pegas , como persona decir que su enorme humanidad imponia pensar que eramos unos niños que aun usabamos pantalon corto , aun hoy impome su enorme corpachon , sigue teniendo la voz peculiar , no me llamo trigrines ni me dijo cazurrin nitan siquiera que iba ha ver los cerros de Ubeda jajajajaj , como dije era diferente
el dia 5 de este mes de julio lr vi en Misa en la Virgen del Camino , me alegro una inmensidad el verle , me hizo tener 45 años menos , me hizo recordar muy rapidamente los años de la ULC , yo no puedo decir nada en contra de este hombre , tampoco lo puedo decir en contra del padre Gago .
Cierto es que si todos opinaramos igual , seguramente no existirian las guerras , ni los abusos , ni los maltratadoras , etc , etc pero cada cual ve la vida de un color diferente
un saludo para todos
NO se merecia ni el pan que se comia, era despreciable, pego a muchos alumno y otros perdieron el cuurso por el, no merece ni un comentaiio.
ResponderEliminarUn dia del curso 63-64 íbamos otro compañero y yo caminando entre los colegios Góngora y S. Alberto, mi mano derecha colgaba del hombro de mi amigo. De pronto, recibí una tremendo golpe en el hombro izquierdo, entre la clavícula y el cuello. Me volví con parte de mi cuerpo paralizado por el dolor. El padre Gago nos adelantó mascullando algo sobre el estilo recio y varonil relacionado con el karate (imagino que se refería al golpe seco que me había dado con el canto de una de sus manos). Aquella violencia gratuita me deprimió pero, unido a otras "anécdotas" de mis tres años an la laboral de Cordoba, me hicieron tomar conciencia de como se las gastaba el nacional-catolicismo vencedor de la guerra civil. No puedo valorar sus dotes de profesor, amí nunca me dió clase
ResponderEliminarMe produce tremenda tristeza ver el odio en la vida y en la gente.
ResponderEliminarComo es posible que se acumule dentro de nosotros y nos reconcoma de esa manera. Como es capaz de emborronar " una sola línea de un comentario ", y aún peor una vida entera.
Como nos convierte en despreciables, muchas veces sin serlo. Como nos ocultamos tras la máscara del anonimato, para hacer daño sin compasión.
Como nos hace perder la razón, hasta el punto de decir sandeces, y todo ello " en una sola linea", que efectivamente, no merece un comentario.
De igual manera me desagrada, esos chiquillos de cualquier ciudad, que sin más pensamiento que dejar su "impronta" en este mundo, con una lata garabatean de pintura una estatua.
Y no se trata de la estatua, la de una figura que según dices no conocistes y que probablemente mal interpretaste.
Pero esto es lo de menos: la estatua (para eso estamos los que lo apreciamos).
Lo que más me duele es el garabato, como de una broma más o menos graciosa, o que no fuiste capaz de entender, has sacado del baul una bandera llena de naftalina y "mierda".
Y perdona "compañero" que te diga, que esa "mierda" es la que no deja que este pais avance.
Esa incomprensión mutua que os axfisia, a mucha gente de derechas y como veo, tristemente también a algunos de izquierdas.
Esa mierda, y perdona compañero, es la que no nos deja vivir a los demás.
Este es un sitio de amigos, al que venimos a beber, a reposar, a recordar, a pensar, a ver a la estatua, y en el que nos gustaría algo de "paz", por fín.
¡¡¡Vaca..., puta....que te estallo....!!!, Ese fué el único exabrupto que le oí en clase al "Gago". Y lo dijo como muestra de que el lenguaje combina las palabras y se la ofrece , en este caso, a un pastor de su tierra leonesa ,para exteriorizar un sentimiento puntual. Dicho esto, me limito a ese COU experimental que todos sufrimos. Me he llegado a sentir, incluso emocionado, al leer el escrito de Zabala, al nombrar a Lola y Rosa , entre otras. A Pilar Garín a Burón, y, como no, al Padre Gago. Su trayectoria, a partir del 80 en Salamanca, evidentemente, variará en el aspecto docente, que no en el enseñante, que ejerció de forma, yo diría, personal, dadas las características del fraile. Nadie es , nunca, totalmente bueno y ejemplar, ni totalmente malo y rechazable, Gago , tampoco. Utilizando la esencia de su filosofía, intentaba ser persona, pero a veces salía el individuo. Pero, no nos rasguemos las vestiduras, era y es, como todos, fruto de él mismo y del ambiente que, en aquel entonces, le rodeaba.
ResponderEliminarDespués de leerme todos los comentarios, y ciñéndome única y exclusivamente a la época de la Laboral de Córdoba, yo entré en el 67 en San Rafael y me fuí en el 74 del Luis de Góngora, Zabalza, Ramiro, Andrés, Eustoquio, Tapia, Larrañeta, Reyero , Erviti, Emilio y alguno más que ,seguro, queda en el olvido, fueron mis profesores y educadores. En la primera época, el Padre Zabalza, tuvo que intervenir ante otro educador por su forma de infringir ..¿castigos..?. Recuerdo un escenario, vestuarios del San Rafael, un compañero gallego, Micó, un fraile, Fray Pedro y el Director P. Zabalza. Después de la escena, nunca volvimos a ver al fraile de Herencia. Quiero decir con esto que, sin justificar las agresiones, que eso es lo que eran, entonces, estaban inmersas en una forma determinada de educar e instruir. Un porcentaje amplísimo de profesores, curas y seglares, eran de lo mejor que se podía tener, un lujo para nuestra formación. Gago, no era la excepción, no, era la regla, una regla sublime. Nos enseñó, no sólo Literatuta o Lingúística, a él se la traía al pairo, igual que el temario, él daba lo que pensaba que debía dar y de la forma que creía conveniente...., y ¿sabeis lo que os digo, una vez que he leído todo lo que escribís y analizado mi experiencia personal, lo acertó, y de pleno. Probablemente, hizo lo que algunos le achacan, lo hizo,pero el delito, dos cosas, ha prescrito y con lo que de positivo nos trasladó a sus alumnos, ha pagado su condena, si había que imponérsela, con creces. Yo, Miguel Angel Bustos, fuí blanco de sus obsevaciones, digamos, estridentes, fundamentalmente, nadie lo ha escrito, porque el único lider que quería en sus clases, era él. En contraposición a eso, no le gustaban los "tibios",...curioso. El analizaba, y analizaba mucho y bien a sus alumnos. En las famosas listas con fotos que tenían los profesores con nuestras fotografías del aula, debajo de cada uno de nosotros, nos asignaba un adjetivo y así nos trataba. Alguien lo ha escrito en un comentario.."lo apuntaba todo..". En el XXV Aniversario del COU Experimental, cuando en las escaleras del Paraninfo, nos fué abrazando mientras nos saludaba , las anotaciones seguíen estando allí y al darle nuestros nombres y ver su listado, nos regalaba una expresión con repecto al adjetivo por el apuntado en aquel entonces. Un personaje de los que , por lo menos a mí, dejan huella. No sé si puedo considerarlo "mi Maestro", tuve en esa época, y sólo en esa época, muy buenos....el Padre gago, fué uno de ellos. Por último, el recitado en clase, me horrorizaba, posteriormente me encantaba y lo he inculcado , siempre, a los de mi alrededor.Sus Dictados, únicos, irrepetibles. Gracias , Maestro.
M.Angel Bustos
desde Valencia
¿Qué decir aquí, ahora, y aún no dicho? En verdad el personaje es diferente a los demás, pero ¿puede alguién decirme de algún otro que tenga un doble exacto?
ResponderEliminarSi nos atenemos a la afirmación de Bustos Baena, los dictados de Gago eran irrepetibles, un descubrimiento seguramente producto de que ninguno, o casi ningún otro profesor le puso dictados en toda su vida.Francisco Serrano afirma haber visto en él, una estatua. ¡Para eso ha quedado el profesor! Marco Agoiz califica de "voz peculiar" al timbre inconfundible de instrumento de metal averiado que llevaba en la garganta y sobre la nuez. Martín Alvarez, alias el exagerado, presupone antes de comenzar, que poseía una gran sabiduria: seguramente lo habrá comparado con otros sabios al alcance de su mano. No olvidemos a aquellos que le apreciaban lleno de luz, supuestamente la que el blanco hueso de su vestimenta reflejaba. En una palabra: es incontable el número de flores que adornan la estatua del padre Gago, muchas de ellas estéticamente más bien mústias, desordenadas y literariamente de poca o ninguna enjundia... de valor nulo. Falta, sin embargo, una aportación estimable que haga referencia a su obra. ¿O es que la nueva escuela de Salamanca tiene las aulas vacías?
A Fernando Martín Alvarez: Me complacería saber quienes son los "cadáveres filosóficos" a que aludes seis artículos más arriba. No te preocupe explayarte, cita los nombres de los pensadores que estudiaste en el pasado, y en la Universidad de Salamanca, pero que están muertos u olvidados. Lo digo porque tirar la piedra y esconder la mano, nos deja insatisfechos y ansiosos. Por lo demás, desnudar santos para usar de sus vestidos en glorificar a otros, no es muy elegante. En tu opinión ha pasado por aquí un nuevo Zaratustra: ¡Demuéstralo! ¡Recoge los cañones de tus enemigos, para fundir con su bronce los leones de un nuevo parlamento!
ResponderEliminarAlvarez Martín.
En respuesta a la última entrada en el foro, dos notas. Respecto a lo filosofal -Esthética Originaria-, todo lo filosófico es cadáver. ¿Había un solo profesor no secularizado en la facultad de Filosofía de Salamanca en aquellos tiempos? Todos los secularizados son cadáveres... No hay que olvidar que Santiago Pérez Gago tiene 23 tomos de Obra completa. No hay que "demostrar" nada, basta mostrarlos. A ver quién es capaz de meterse en ellos. ¿Eres tú capaz? ¡Ánimo ¡¡¡ Muy bien dada tu puntada, porque hasta ahora poca gente, particularmente alumnos de Salamanca, se había preocupado por la obra en este foro. Y esto es muy importante. Importantísimo.
ResponderEliminarAlberto, aunque no fuera más que por tu hehemencia, mereces que replique tus palabras, pero no es tiempo lo que me sobra. Por ello lo haré brevemente y con el freno a la mano, porque ya han quedado más arriba expresados los exabruptos de otros participantes con una contundencia, probablemente, excesiva.
ResponderEliminarSi no he leído mal, a la luz de la vela apagada levantada por Gago, la filosofía está muerta.
¡Y yo sin saberlo!
Por otro lado, tientas para que entre al trapo y me tome la molestia de leer 23 tomos, -ni uno más ni uno menos- escritos por la personalidad extravagante, desequilibrada, egocéntrica y pedante, de un fraile escapado de la Edad Media. En mi opinión, y a pesar del cariño que profeso a Santiago Pérez Gago, es una obra que tendrá que desmenuzar la siquiatría, a mi me basta con "Los Marino", un alegato desordenado de quien teniendo muchas horas, quizá, toda la vida por delante, habla de si mismo sin parar con una inmodestia impertinente casi sublime. La inmodestia del aprendiz soberbio que dice haber entrado en la luz de las tinieblas... ¿o en las tinieblas de la luz?
Termino, no quiero hacer perder tiempo a nadie. Hoy los sabios anónimos son pocos, y nuestro hombre ha vivido más de siete decenios y medio sobre el globo terráqueo para que sus tésis sean conocidas de todos, y hasta olvidadas. Gago no va a pasar a la historia del pensamiento patrio, ni siquiera, de su letra minúscula, porque el pasado nunca vuelve y el tiempo no tiene marcha atrás. Habremos de seguir buscando el sentido común entre los cadáveres filosóficos, "los muertos que vos matasteis gozan de buena salud".
Alvarez Martín.
Disculpa la insistencia y la vehemencia (con uve), pero a riesgo de consumir tu limitado y sin duda valioso tiempo, tengo que volver a puntualizar algunas de tus afirmaciones. Pérez Gago no escribió 'Los Marino', si es que te refieres a la obra en dos tomos que publicó en 2000 el doctor en Filosofía Fernando Labajos Briones. Mal va a hablar de sí mismo Gago si el libro lo escribió otro. Y mal va a escapar de la Edad Media siendo como es un heterodoxo, en el mejor sentido de la palabra.
ResponderEliminarQue la filosofía no esté muerta no desmiente que haya cadáveres que caminan. A ver quién me dice el nombre de un contemporáneo que haya dedicado cuarenta años de apasionamiento diario a oficiar la luz de su destino, como ha hecho Gago. No sé si los sabios son o no anónimos, ni cuánto tiempo hay que pasear sobre el globo terráqueo para pasar a la historia, pero le tengo mucho cariño a ese versículo de la Biblia sobre la piedra que desecharon los arquitectos. A veces se planta para los nietos.
"Los elefantes ven crecer la hierba" afirmó el naturalista en el reportaje televisivo, a lo que respondió el abuelo televidente dirigiéndose al nieto: "Este hombre ha sido elefante o habla con los elefantes".
ResponderEliminarTengo delante de mí, "Los Marino" cuyo autor ha sido Gago, o habla con Gago, es decir: Briones se ha metido en la piel del maestro, o por el contrario la pluma de Briones la ha movido el maestro con su mano; no hay inspiración que le haga decir lo que la dirección externa no le ha dictado. Asistimos, por cierto, a través de estos textos, a la divinización del autor en la sombra más que al conocimiento de su personalidad estrambótica, pintoresca y ensimismada. Lo digo, porque sabido es que, no debemos caer en el error de pensar que conoceremos a Mao leyendo los libros de un maoista, ni a Hitler, devorando los de un hitleriano.
De manera semejante podríamos desdecir, redecir, aclarar, discutir, o enturbiar, cualquier otro extremo, pero yo no quiero ser protagonista, y creo que me excedo. Me proponía despertar esta página a la que veía languidecer y agonizar, y por otra parte satisfacer a Gago dándole -estos días por la mañana- la alegría que que todavía se acuerdan de él, ¡aunque sea para despellejarle! En cuanto a tí, Alberto Muñoz..., tienes un gran fondo humano,aunque defiendas causas perdidas, lo tienes.
Alvarez Martín
Hay gente que lee, lee, y no asimila. O, tal vez, no estén preparados para descubrir lo que hay al fondo de algunos libros. Hay también muchas envidias en este mundo, y ante una obra de la magnitud, cualitativa y cuntitativa, como es la del profesor Pérez Gago, lo único que se dice es que es la obra de "una personalidad estravabante, desequilibrada, egocéntrica y pedante,estrambótica, pintoresca y ensimismada" ¡Dios mío, y eso que este pseudónimo de Álvarez Martín confiesa que le profesa cariño al Padre Gago! Anda, anda, Martín Álvarez, que tal vez sea tu impotencia -envidia- para llegar a ser como tu querido profesor. ¡Qué esquizofrenia la tuya, amigo!Así, desde tu soberbia, jamás llegarás a tu crecimiento personal.¡Qué pena me das Álvarez!. Se nota que estás amargadísimo, por el fondo de tus palabras. Lo estarás pasando muy mal en la vida.De soberbio y de psiquiatra. Mira a ver si te tratas. Ángel González Martín.
ResponderEliminarPerdón por mi intermediación entre Angel González y Alvarez Martín; lo hago porque conociendo al segundo, me encuentro en posición adecuada para replicar al primero.
ResponderEliminarComienzo diciendo que no encuentro razón natural para que Alvarez envidie a Gago, pues sería tanto como afirmar que una cantante de éxito envidia a un místico desconocido de la India. ¿Qué cojones tiene que ver la envidia con la crítica? El curriculum de Alvarez te sorprendería, creo que has errado el tiro. Mucho menos podría pensarse que padece una enfermedad mental, pues sus méritos y reconocimiento acumulado, son indicios claros de lo contrario; te has equivocado de nuevo.
Me sorprende que te sorprenda, la nada sorprendente retaíla de adjetivos que, adjetivan a Gago. No aprecio mala intención o intenciones intencionadas de descalificar al profesor, más bien al contrario, precisan con precisión la forma de vivir del personaje y, su modo de entender la vida, la asignatura, y la filosofía.
Sentada esta premisa, estamos en condiciones de hacer un apunte de crítica al "método Gago de enseñanza", un método consistente en pasarse por el forro el programa, hablando ex catedra. ¿Te parece bien? ¿Te agradaría oir decir a tus hijos que el profesor de matemáticas afirma que, 2x2 son 133/7? ¿Te haría feliz saber que tus hijos lo que aprenden en la clase de física y química, es geografía económica? ¡Pues esto es lo que dicen de él sus admiradores, y le objetan sus detractores! De manera que, no me extraña la inquina que hacen valer los primeros contra la filosofía que no han conocido, por desgracia para ellos.
Acabo. Si no tengo razón que venga Dios y lo vea, aunque no creo que Dios exista, pero por si existiera.
Antonio Prieto.
¿Cantante de éxito? ¡Qué sorprendente currículum! Con vuestros pseudónimos,Antonio,me parece que os perdeis del fondo y del centro de todo lo que ha motivado este foro. No se trata de comparar el currículum del profesor Pérez Gago, con el de tu amigo, el pseudónimo. Conocí al profesor Pérez Gago en la Universidad de Salamanca. Soy, por lo tanto, Licenciado en Filosofía por aquella Universidad. Y, desde hace quince años, soy profesor de Filosofía de Instituto. No creo que el profesor Gago se acuerde de mí. Pero la verdad es que es el único profesor que me dejó un recuerdo muy importante: en el fondo y en la forma. No leí los Marino, porque, entonces, no se había publicado. Leí el libro de su Tesis Doctoral sobre Machado: para alguien apasionado por la Filosofía, como yo, resulta un trabajo sorprendente y extraordinario. Leí también Órphicos y Semblante Órphico: me resultaron iniciáticos, cuajados de un saber filosófico inspiradísimo. Ahora parece ser que la obra publicada de Gago es amplísima, como he leido en este foro, y en la página web de la Estetica Originaria. La historia de la Filosofía que yo imparto en mis clases llevan un fondo sobre la filosofía de Gago. No lo puedo evitar, pero me identifiqué con ella desde el principio. A mí me pareció un profesor extraordinario con métodos pedagógicos y docentes muy poco ortodoxos, como su Estética, como su Filosofía, pero he de reconocer que eran geniales. Esta es mi experiencia sobre el profesor que ha dejado la huella más profunda en mi profesión, en mi modo de abordar la Filosofía, y la vida.
ResponderEliminarPor último, una sola cosa, Antonio: Díle a tu amigo, el pseudónico, que pase por un especialista. Tal vez tenga un conflicto de personalidad bipolar. Sinceramente. Ángel González Martín
A pesar de la veneración que siento por el padre Gago, creo que se está equivocando el enfoque de este foro. Gago en integridad es individuo y persona. Como individuo ha estado sujeto a los sucesos existenciales,que como sucesos, son anecdóticos. Como persona, en su significación esthética, ha permanecido toda su vida a la escucha de la Luz, obedeciendo la palabra que esculpía en su interior la Sabiduría que posteriormente traslucía en sus cuadernos. Muchas veces le he escuchado la expresión, "lo escribo para vivirlo". Lo interesante del Gago es su existencia, pero lo importante de Gago es el Saber transcrito en sus aforismos versiculados. Si de verdad queremos servir al maestro, dejemos de admirarle a él y admirémonos en su enseñanza, llena de universalidad, de eternidad predicha.
ResponderEliminarVenero al padre y amo la perseverancia de su obra. Él como profeta del destino, nos muestra en su inicio la continuidad de la escucha y el diformismo del acecho. Escucha interior que vertebra a la persona en su sentir profundo, en la mágica velada de sus ser. Acecho exterior que rompe al individuo en razonamientos superficiales, que le llevan a creer que es sólo pensamiento. Este río sapiencial se desliza entre estas dos orillas que recorren las vegas y desiertos de la historia de la Humanidad....
Continuando con lo de ayer, conversaba hoy en clase sobre la utilidad de la filosofía. La mayoría del alumnado piensa que no sirve para nada. Esto me dejó perplejo y al llegar a casa mientras quitaba hierbas en la huerta medité, Pero... ¿de qué filosofía estamos hablando? Recordando a Gago establecí la diferenciación -saber y conocer- que conforma el mandala de la personalidad. Mandala originario que según el maestro, incluye excluyendo todos los conocimientos en la Sabiduría. La filosofía erudita al uso, está basada en la adquisición de conocimientos, en como se adquieren, en como se produce el hecho del conocimiento, etc, etc. Esta es la filosofía que cree ciegamente que con trabajo y esfuerzo se puede llegar a conseguir el saber. Es la agotada filosofía que proviene de idealismos, racionalismos, empirismos, postmodernismos, etc., gorgoritos mentales que sólo nos llevan a cadenas de razonamientos sin fin que secan la frescura del saber. Esta es la raíz del problema, el engaño ilustrado, que como ojo ciego sólo cree en lo que es capaz de mirar.
ResponderEliminarPero, y como diría Santiago, la Acrosofía donde queda. Saber¡, que por inalcanzable, nadie puede tratar. La Sabiduría nos alcanza en incesante llamada, clama desde el silencio para colmar la capacidad de escucha. La escucha es sentir la armonía originaria del Saber, distante pero no equidistante del oír, que es medida digital de conceptos de conocimiento. Gracias a Gago y su enseñanza, comprendí la virtud de la pluralidad del Saber y no caí en el engaño virtual del pluralismo del conocer. El maestro me adiestró en la caza de ser, cazado...
Estimado Antonio:
ResponderEliminarHe leido atentamente tus dos comentarios y no puedo estar más de acuerdo con el primero. Todos los que aquí acudimos, lo hacemos porque el Padre Gago nos marcó de alguna manera. A mi especialmente, porque me enseñó y ayudo a pensar.
Pero leyendo el segundo comentario me ha empezado a oler mal. Cuando reflexionas sobre la utilidad de la filosofía, no se si te refieres a la necesidad de una asignatura que pudiera llamarse " Historia de la Filosofía " o a ese amor por la sabiduría de los griegos, que buscaban explicar un mundo que no entendían.
Cada día que pasa, queda menos por saber de nosotros mismos, y como bien dicen muchos, estamos en una encrucijada como especie.
Pero eso es otro tema, del que me gustaría conocer que se piensa desde el saber...
Claro, me huele mal cuando empezamos a desplegar la filosofía. Hablamos de mandalas y decimos que saber y conocer son los pilares de la personalidad, pero donde dejamos el VIVIR. Hasta Santa Teresa en sus mudanzas físicas y espirituales.
Hablas del saber como algo completo y no se si te refieres a la verdad absoluta, que como piedra filosofal que buscas como templario, te fuera a salvar la vida o que una vez alcanzada te vaya a transportar a un mundo inmaterial. Si a lo que te refieres, es a ser mejor como persona todos los días de tu vida, estoy de acuerdo contigo.
Pero creo que no, no puedo estar de acuerdo contigo, porque cuando empiezas a renegar de esos ismos, el olor se me hace perceptible y me hace recordar sotanas, dogma, y en definitiva Iglesia. Esa Iglesia ideologizante que reniega del conocimiento y de la ciencia, y que apuesta por el saber erudito, casi ermitaño, para gobernar el futuro de una especie que se tiene que plantear hacía donde va.
Creo que como ejercicio personal es perfectamente loable, y el mundo no sería lo que es sin gente así, pero hacer o hablar de verdades absolutas sobre el saber y la filosofía me huele a ideología y eso le sobra a este mundo.
Y solo para acabar, las dos últimas frases son muy bonitas y demuestran una gratitud excelsa, pero de verdad o no las entendí o no las quise entender, porque oler, te sigo insistiendo huelen mal.
Paco Serrano
No he podido por menos de volver a intervenir, por la cantidad de vaguedades y comentarios periféricos que se han lanzado en la última intervención sobre la Filosofía, que nos regala, un tal Paco Serrano, que, a buen seguro, no ha sido alumno del profesor Gago en Filosofía, es decir, no tiene conociemientos superiores ni universitarios sobre esta materia. Está lleno de vaguedades y prejuicios, sobre la Iglesia,sobre la Filosofía. Se aprecia un cierto resentimiento hacia el profesor que un día le ayudó y le enseñó a pensar: "Es de bien nacidos ser agradecidos", dice el refrán. Así anda el mundo hoy día. Lleno de personas ingratas, que se creen con el derecho -siempre el derecho- de la crítica hacia los demás. En este caso de la crítica hacia un profesor que, en su día, nos ayudó y nos enseñó la base del pensamiento, como reconoce el señor Serrano. Un poco más de rigor, por favor. Pero también y, sobre todo, un poco más de corazón. Corazón para valorar, de verdad, a las personas, sin resentimiento, sin rencor, sin el prejuicio de la soberbia -¡Cuánta soberbia hay hoy en el mundo!-. Corazón para ser en la vida, y no tanta razón, tanta materia, tanta física,tanta tecnología. Señor Serrano, más corazón, más corazón. Angel González Martín.
ResponderEliminarUna sóla consideración más. Releyendo las últimas intervenciones del foro, me ha parecido que hay un hilo conductor muy estrecho entre Antonio Prieto, Paco Serrano y Alvarez Martín. Si nos damos cuenta, el estilo es muy similar, tanto en el fondo como en la forma. Es como si fueran íntimos amigos. Íntimos amigos para criticar a su profesor, al que le otorgan un valor inicial en las intervenciones que los tres nos regalan en este foro, para posteriormente arrojar una feroz crítica sobre él. ¡Qué necedad, qué frivolidad, qué impotencia! Impotencia miope y petulante. Qué lejos de emprender el camino personal a la escucha de la luz, como nos invitaba el profesor Gago en sus clases, si no somos capaces de quitarnos la máscara de la vanidad y la soberbia. Angel González Martín.
ResponderEliminarNo tengo el gusto de conocer ni al señor Prieto, ni al señor Alvarez Martín, apellidos que me recuerdan a una novela de Marias.
ResponderEliminarEs más, tampoco conozco a Antonio.
Y es a Antonio, y a nadie más que a Antonio, al que leyendo su escrito, me hizo pensar, reflexionar y le dedique mi insignificante comentario.
Crítica efectivamente... a una idea expresada libremente en un foro, y de la que yo libremente... puedo pensar y discrepar lo que quiera.
YO NO HE CRITICADO AL PADRE GAGO, NI TAMPOCO A SUS IDEAS, porque no las conozco.
Y si mi comentario molestó a Antonio, a Antonio, y solo a Antonio le pido excusas. Yo solo discrepo, seguro que respetuoso porque lo que dice me hace pensar. Pero es lo que pienso.
Y solo para que me conozcas te diré que el Padre Gago iluminó mi vida, pero no es la única luz que alumbró o alumbra mi carretera. De él, no tengo más que alabanzas desde que empece a escribir en el foro e insisto en mi gratitud y por eso estoy aquí.
Debo de reconocer que el escrito de Antonio me hizo pensar, pero el tuyo solo rezuma mala baba, y por eso no te voy a contestar como te mereces.
Pero te recomiendo que leas algo más y empieces por el propio foro para conocer como soy, antes de malinterpretarme con tanta malisima baba.
Lee mis comentarios y me conoceras y entonces podrás hacer juicios de valor sobre mi.
Corazón!!!!!!
Paco Serrano
Bien, amigos míos, pues con esto se acaba la "Estética Originaria". ¿Esperabais algo más?
ResponderEliminarPedro Cantudo
Provisional todo
ResponderEliminarLas antologías son siempre una prestidigitación… Escamoteos y preferencias… Un juego cortesano y temporal… Juglaría selecta… TRAMPAS.
Podemos elegir los mejores naipes, descartarnos de peones y servidumbres… y quedarnos con la gran basa en la mano…, con la basa brillante donde no haya más que triunfos.
Provisional todo.
La Historia y la Poesía las hace el Viento… Y las antologías también, claro está.
El hombre trabaja, inventa, lucha, canta… Pero el Viento es lo que organiza y selecciona las hazañas, los milagros, las canciones.
Contra el Viento no puede nada la voluntad del hombre… Yo cuando el viento ha huido a su caverna, me tumbo a dormir. Me despierto cuando él me llama ululante y me empuja. Escribo cuando Él me lo manda. Luego con lo que escribo hace el un revoltijo de cartas de las que no se salvarán seguramente mañana ni el As ni la Reina.
El viento es un exigente cosechero:
el elije el trigo la uva y el verso…
el que sella el buen pan,
el buen vino
y el poema entero…
Y al fin de cuentas, mi último antólogo fidedigno será Él:
el viento.
El viento es quien se lleva a la aventura el discurso y
la canción… ¡El Viento!
Antológos, historiadores,arqueólogos, coleccionistas...
¡el que decide es el Viento!
Pero a veces a mí se me quedan en la memoria, en mi mala memoria, sin saber por qué, poemas o versos desglosados de un poema largo y antiguo, versos míos rebeldes que se agarran al ojal de la solapa como una consigna o se me clavan en la cinta del sombrero como una escarapela, para desafiar al Viento. Versos como éstos, por ejemplo:
Y es inútil que compongáis el viejo clavecín,
y que volváis a castrar a los acólitos
y que digáis en los concilios :
cebaremos tiplones para suplir a los poetas…
porque lo que se ha roto… “es la canción”
¿oísteis?
Lo que se ha roto… “es la canción”
De aquí he sacado el titulo que lleva esta Antología.
Pero no me hago ilusiones de que puedan salvarse ni estos
versos siquiera.
Me entrego humildemente al Viento.
Y ahora que no hay nadie aquí en mi casa ni el campo, comienza a
soplar el vendaval, abro la ventana otra vez y tiro al voleo , casi sin
orden ni concierto , mi viejo discurso y ... mi rota canción
L. F.
Mariate Covaleda acaba de publicar el libro “La vida como arquetipo”, una biografía sobre Santiago Pérez Gago.
ResponderEliminarJuan Antonio Olmos ha escaneado la parte del libro referida a su etapa andaluza en el siguiente enlace:
http://www.laboraldecordoba.es/alfabe/dominicos/gago/cordoba_granada_1960_1980.pdf
Leedla porque, quizás, nos ayude (os ayude a los “amigos del Padre Gago”) a conocer, hondamente, a este hombre.
Quizás algunos, aún, seguís buscándolo.
Vivíamos entonces vorazmente hacia adelante y no entendíamos el empeño del Padre Gago, aquel hercúleo dominico, en hacernos memorizar unos versos que no sirven para nada. Daba miedo verlo acercarse por el pasillo de pupitres, pararse en el tuyo, apoyar en él sus enormes manos... Te miraba desde arriba y decía tu nombre y el título del poema. Temblando, te ponías en pie y empezabas a recitar mirándole a los ojos. Y aquel rostro feroz, se iba descomponiendo, endulzándose verso a verso... Y en los últimos, que eran los primeros, te miraba de tal forma que acababas deseando entenderlo alguna vez.
ResponderEliminarViento negro, luna blanca.
Noche de Todos los Santos.
Frío. Las campanas todas
de la tierra están doblando.
El cielo, duro. Y su fondo
da un azul iluminado
de abajo, al romanticismo
de los secos campanarios.
Faroles, flores, coronas
-¡campanas que están doblando!-
...Viento largo, luna grande,
noche de Todos los Santos.
...Yo voy muerto, por la luz
agria de las calles; llamo
con todo el cuerpo a la vida;
quiero que me quieran; hablo
a todos los que me han hecho
mudo, y hablo sollozando,
roja de amor esta sangre
desdeñosa de mis labios.
¡Y quiero ser otro, y quiero
tener corazón, y brazos
infinitos, y sonrisas
inmensas, para los llantos
aquellos que dieron lágrimas
por mi culpa!
...Pero ¿acaso
puede hablar de sus rosales
un corazón sepulcrado?
-¡Corazón, estás bien muerto!
¡Mañana es tu aniversario!-.
Sentimentalismo, frío.
La ciudad está doblando.
Luna blanca, viento negro.
Noche de Todos los Santos.
Ha muerto Santiago Pérez Gago, tras un breve viaje pasó de la nada a la nada.
ResponderEliminarManifiesto Esthético:
ResponderEliminar"...Dejemos que el SENTIR cultive nuestro corazón, que nuestra alma pueda traspasar la negritud de los barrotes cerebrales y que nuestro ser sea pronunciado por la voz que escucha, vibrar universal. Nosotros no debemos olvidar que 'somos', independientes de 'es-tar' pensando. El cerebro necesita pensar para mantener su vida biológica y no puede dejar de hacerlo. Este órgano nos autoengaña haciéndonos creer que 'somos' esos pensamientos que produce desde que nacemos hasta que morimos. A diferencia de otras funciones vitales, como los movimientos internos para hacer la digestión, los latidos del corazón, etc, que nosotros rara vez notamos, el cerebro nos aborda de tal manera que acabamos convencidos que 'somos' solo lo que pensamos. Es la tiniebla racional que no deja ver lo que realmente 'somos'. 'Serse' no es 'pen-sar-se'. Ser no es pensar, es algo tan diferente, al margen de cualquier artimaña cerebral, que sólo cabe i i iSEiRiSEi i i
La verdadera libertad brota de nuestro ser, no de la libertad de elección que nos da la razón asentada en el cerebro.
La verdadera igualdad nace del único sentir de la interioridad de la persona, no del falso uniformismo existencial.
La verdadera fraternidad surge de lo que 'somos', no de lo que 'pen-sa-mos'.
Se puede vivir de otra manera; es necesario vivir de otra forma, dejándosenos llevar de la mano de el ensueño esthético, destino inquebrantable de toda la Humanidad..."
Adiós mocín!!!!
ResponderEliminarY gracias por descubrirnos la poesía.
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ResponderEliminarEn recuerdo y agradecimiento:
ResponderEliminarDE LUZ HUMILDE…
(Zéjel arromanzado a Fray Santiago Pérez Gago)
De luz humilde el maestro
fue nutriendo nuestras vidas.
Y cuando el mundo acechara
con turbia imaginería
las gotas de aquel rocío
a nuestras almas vendrían.
De luz humilde el maestro
fue nutriendo nuestras vidas.
(Revista cultural Tántalo, nº. 79, Cádiz, 2016)
https://mirador.webcindario.com/galeria.html
https://www.facebook.com/groups/665301937548146/permalink/728796507865355/
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ResponderEliminar"Cuando el pájaro abandona la rama en que se ha posado, deja en ella un estremecimiento".
ResponderEliminarEsta frase que un dia nos dijo, se me quedó grabada para siempre, pero no sé de quién es.
"Cuando el pájaro abandona la rama en la que se ha posado, deja en ella un estremecimiento"
ResponderEliminarPor un casual , leo " El lado oscuro del P Gago " ------ . Soy J. J. Martinez Ruiz -,precisamente al que J. L, Posada R. se refiere en su narracion , que contiene varios errores y supongo desconocimiento total de lo despues sucedido------.El curso era 1964-1965. El Jefe de Aula Jose Manuel Carretero Martin salmantino.La clase era 2F -( 3G fue el siguiente,donde yo si fui Jefe )-.Voy ahora a describir lo acaecido tras el incidente :
ResponderEliminarSobre las 12 horas , el buen P. Roces (siempre al tanto de cuanto en su Colegio ocurria , ya enterado estaba y queriendo atar algun cabo mas ),me llama a su despacho .quiere mi version de primera mano .Tras oirme y cambiar impresiones ,en principio me pide disculpas en nombre de la Orden , en cuanto al P.Gago entiende que tambien debe hacerlo personalmente y no solo a mi sino a toda la clase por el miedo,el bochorno y verguenza padecido.Pone a mi consideracion el dar a conocer a sus Superiores el asunto le respondo que no me agrada de momento hacerlo y que espero reflexion y disculpa del P.Gago.Asi fue ,esa misma tarde.me cito en el Colegio Gongora y quedo todo zanjado, de ello informe al P. Roces y del suceso nada mas se hablo.
Desconozco si solicito el perdon de los demas alumnos a nivel privado ,como colectivo nunca lo hizo .Sin duda se paso ,tuvo un mal dia
EliminarDe nuevo soy J.J.Martinez Ruiz.----.Lo antes escrito ha refrescado mi memoria.Recuerdo compañeros :Paco,Ramon,Perez Gil,Manuel Gallardo Tejero, etc, etc;todos salmantinos;tambien Quintanar,Macarro de Madrid y el atleta Domingo.---------.Con alguno de ellos coincidi en Alcala en .Preparatorio
ResponderEliminarDespues de nuevo. a Gijon,de donde procedia cuando fui a Cordoba.Tras acabar Ingenieria Tecnica Mecanica (Soldadura,Estructuras e Instalaciones Industriales,me dedique a la docencia algun tiempo y muchos años , hasta jubilacion,en Altos Hornos de Vizcaya ,-- mi provincia--. como Jefe en varios Departamentos.Si alguien me recuerda ,agradecere lo señale en este foro.
ResponderEliminarEl maestro nos dejó hace ya unos años y sus discípulos, parece, lo estamos olvidando. Desconozco como va su Escuela de Salamanca. Pero los que iniciamos el camino bajo su cobijo en aquellos días cordobeses; no podemos desentendernos en su ausencia.
ResponderEliminarSi así, lo hacemos (y lo hemos hecho); caeremos y nos revolcaremos en tierras baldías y yermos llenos de hojarasca.
Hay tres asociaciones, más preocupadas por su pecunio y por su poder, que por difundir aquello que la Universidad Laboral de Córdoba sembró entre nosotros.
Y aquellos adolescentes venidos de la pobreza y el hambre, nos hemos convertido en ricos burgueses que exhibimos ropa, cartera y mujer.
Querido Maestro, como aquellas palabras que Azorín puso en boca del Arcipreste de Hita; lo mismo y a pesar de todos los que te conocimos y seguimos; aún “non fallé poso dulce nin fuente perennal”.